PRESENTACIONES

( Para poder asistir es necesario inscribirse previamente en la propia biblioteca aquí )
( Más información acerca de esta antología de haikus de Matsuo Basho aquí )
UNA CATA DE PODER. HISTORIA DE UNA MUJER NEGRA
Mireia Sentís y José Luis Gallero tuvieron a su cargo la presentación de esta historia de una mujer negra, en que su autora, Elaine Brown, narra su vida desde su infancia hasta que asumió el liderazgo del Black Panther Party.
CONTRA EL OLVIDO. MEMORIA FOTOGRÁFICA DE PALESTINA
ANTES DE LA NAKBA, 1889-1948
Teresa Aranguren y Sandra Barrilaro se han multiplicado para presentar este extraordinario libro, en el que también han participado los palestinos Johnny Mansour y Bichara Khader y el profesor Pedro Martínez Montávez, autor del Prólogo, además de escritores y políticos como Luis García Montero, en Madrid, Barcelona, Córdoba, Santiago de Compostela, Almería, Valladolid, Sevilla, Valencia...
ANTONIO GRAMSCI: DEL LIBERALISMO AL COMUNISMO CRÍTICO
Domenico Losurdo vino a Madrid y Barcelona a presentar nuestro último título de la colección disenso. En Madrid estuvo en el Ateneo, en un acto organizado por la FIM, la Fundación de Investigaciones Marxistas, y en la facultad de Políticas de la Universidad Complutense. En Barcelona, en la sede del Espai Contrabandos.
LA NOCHE DE LOS LIBROS
el jueves, 23 de abril, a las siete y media de la tarde,
en la Librería Enclave, María José Goyanes y Eusebio Lázaro leerán textos de Caña, de Jean Toomer.
Mireia Sentís y José Luis Gallero contextualizarán esta obra clave del Renacimiento de Harlem.
el jueves, 23 de abril, a las siete y media de la tarde,
en la Librería Enclave, María José Goyanes y Eusebio Lázaro leerán textos de Caña, de Jean Toomer.
Mireia Sentís y José Luis Gallero contextualizarán esta obra clave del Renacimiento de Harlem.
HA MUERTO ASSIA DJEBAR
Reproducimos a continuación un texto publicado por su traductora y editora con motivo de su nombramiento a la Academia Francesa:
LA LENGUA DEL ENEMIGO
El
22 de junio de 2006 Assia Djebar[1]
tomó posesión del sillón 5 de la Academia Francesa, un acto poco usual en las
Academias, como su larga historia se obstina en demostrarnos [2].
Pero
si inusual es que una mujer ocupe uno de sus sillones, más sorprendente es si
cabe que quien lo ocupe sea una "antigua colonizada". Assia Djebar es
la primera persona de origen magrebí que accede a la Academia.
"Recuerdo que el año
pasado, en junio de 2005, el día en que me eligieron ustedes a su Academia,
respondí a los periodistas que buscaban mi reacción que estaba contenta por la
francofonía del Magreb. Se imponía la sobriedad, pues tenía la sensación casi
física de que sus puertas se abrían no solo para mí y mis libros, sino para las
sombras todavía vivas de mis compañeros —escritores, periodistas,
intelectuales, mujeres y hombres de Argelia que en la década de los noventa
pagaron con su vida el hecho de escribir, exponer sus ideas o, sencillamente,
enseñar… en francés".[3]
Sombras vivas que convoca en El blanco de Argelia[4],
porque el blanco es el color del luto para los musulmanes… Por sus páginas
desfilan como en una procesión ritual esos "queridos desaparecidos",
abatidos por los cuchillos o las balas de la intransigencia: a tres de ellos,
Tahar Djaout –escritor, periodista y crítico literario—, Youssef Sebti
—sociólogo— y Abdelkáder Alloula —uno de los más populares dramaturgos
argelinos— dedicó años antes el Premio de la Paz que, en el año 2002, le otorgó
la Asociación de Editores y Libreros alemanes.
Este nombramiento podría
no ser más que una anécdota, desde luego una anécdota importante en la vida de
una escritora, si no fuera por el hecho de que la ambigua / dolorosa relación
con la lengua francesa, lengua del enemigo, del colonizador ha sido y sigue
siendo la esencia misma de su escritura desde sus primeras obras.
Una escritura que a lo
largo de sus más de cuarenta años de actividad literaria ha ido tejiendo en
difícil arabesco esa lengua del Otro con las del origen: el bereber de sus
abuelas y el árabe, salpicado de bereber y con melodía andalusí, de su madre:
"el sonido del origen fermentó en el propio corazón del francés"[5]
COMO SI FUERA UN CHICO
La relación de Assia
Djebar con la lengua del colonizador se inicia a una edad temprana. Y es precisamente
su padre —la persona que debía vigilar su entrada en el gineceo para
salvaguardar su honor— quien le abre la puerta —real y simbólica— al
conocimiento, a la libertad:
"Chiquilla árabe que
va por primera vez a la escuela, una mañana de otoño, de la mano de su padre.
Este, cabeza tocada con fez, la silueta alta y erguida dentro del traje
europeo, lleva una cartera y es maestro en la escuela francesa. Chiquilla árabe
en un pueblo del Sahel argelino"[6].
Aún me producen emoción
estas palabras recogidas en las páginas del primer libro que traduje de Assia.
Esa chiquilla me tendió la mano y caminé junto a ella recorriendo las páginas
de la historia dolorida de su país. El viaje duró cuatro libros. Pero es en
este cuando se produjo la fascinación.
Ese gesto paterno: tomar
de la mano a su hija mayor y encaminarla hacia la escuela —algo tan trivial en
nuestros días— se revela gesto revolucionario, fundador.
"No recuerdo nada de
la sesión del fotógrafo de escuela; al menos de la primera fotografía en que
aparezco, precisamente en esa clase de chicos.
La miro ahora, tantísimos
años después.(…)
Me pusieron en medio de la
primera fila: una chiquilla de frente abombada, pelo negro corto y de mirada
sin duda resuelta, pero que no sé cómo definir. En la pizarrita que sostiene un
chico sentado está escrita la fecha del año escolar en tiza: 1940. (…)
Recrear el momento de
posar: mi padre hizo que se sentaran afuera, delante de la puerta, todos sus
alumnos: los más pequeños y más bajos, delante, sentados en dos filas, lo
mayores detrás, de pie. Debió de pasar revista al estado de sus indumentarias,
para que no parecieran tan flacos. A continuación se colocó a un lado: todos
están listos para la foto.
¿Y yo? Debía de estar
esperando, dócil y silenciosa, un poco apartada, a un lado. Era la primera vez:
nadie me había explicado el ritual de la foto de clase. De repente… ¿Qué
impulso de repente arrastró a mi padre? Me miró. Me vio sola, esperando, e
intimidada, como de costumbre. ¿Qué le pasó? ¿Una repentina ternura? ¿Un
sentimiento vago de injusticia al verme sola, separada de aquellos niños, como
excluida? Por un instante olvidó que era una niña, y por lo tanto un ser aparte
para sus alumnos… Vino a buscarme y me cogió de la mano; mandó retroceder a los
niños de la primera fila y me sentó en el centro, frente al fotógrafo… Volvió a
su sitio de maestro vigilante. Y entonces yo, como presidiendo: inesperada
reina entre futuros guerreros. Presidiendo y sin saberlo.
Para el maestro, ahora
todo está en su sitio, justo antes del disparo, se estira y espera junto a los
que instruye. Posa para los demás —para todo el pueblo, incluida la pequeña
sociedad colonial a la que insolentemente provoca con su orgullo y sus
reivindicaciones igualitarias. Posa orgulloso junto con los cuarenta chicos que
educa, y no solo en el aprendizaje del francés, y orgulloso también de su hija
mayor —es una niña, bueno y qué—, y la ha colocado en el centro.
Ahí se queda la chiquilla,
con el torso ligeramente inclinado hacia delante, la cara tensa y con una
mirada seria que no corresponde a su edad —cuatro años, tanto como decir
cuarenta dentro de nada. Se da cuenta, pero muy confusamente, de que desentona:
en otros sitios esto no debe de pasar, colocar a una chiquilla completamente
sola en medio de cuarenta niños, y además mayores. No sabe que los intimida;
los percibe como una presencia única, respetuosa, pero desconfiada, por no
decir hostil. Su padre, a un lado, espera, como todos, el disparo.
Fue la primera fotografía
que me hicieron. Un día de clase en los comienzos de la guerra mundial en un
pueblo del Sahel argelino[7].
ÚNICA Y PRIMERA
La fotografía me habla
desde la distancia en el tiempo e ilumina con otro matiz su escritura. La
pequeña Fatna es la única niña en el nutrido grupo de chiquillos que asisten a
la escuela donde es maestro su padre. Única. Primer desgarro.
De modo que Fatma/Assia es
una niña como las demás —niña entre las mujeres de la casa, va al hamman, asiste a bodas con su madre, sus
tías y sus primas, aprende a bailar al ritmo de las palmas que acompañan la
música en las fiestas de mujeres—, y no lo es. Cuando llegue la edad núbil no
se velará como la mayoría de sus iguales, es más, vivirá alejada de la familia,
interna en una ciudad de provincias, Blida, donde estudia bachillerato en la
rama de lenguas clásicas. También aquí será la única musulmana de su clase, las
otras argelinas, unas veinte, a las que llaman "indígenas",
pertenecen a la sección de modernas.
A aquel primer desgarro
vivido por todos los magrebíes escolarizados por Francia en sus colonias
—sonrisa irónica y condescendiente cuando rememoran y relatan los años en que
estudiaban las hazañas de "sus" antepasados galos— se suma la
separación física de la familia: sentimiento ambiguo. A la libertad de gozar plenamente
de sus horas de estudio y amistad con muchachas de procedencia diversa, al
placer de embelesarse con las lecturas de los grandes escritores… franceses, se
contrapone el sentimiento de desarraigo: ágrafa en su lengua de origen,
distanciada de sus iguales, con las que se reúne durante el periodo vacacional.
Pera ya no es lo mismo.
El francés, ese idioma del
"enemigo", va abriéndole el camino que la conducirá a París, donde
estudia historia en la Escuela Normal Superior. También allí será la primera
argelina que se inscriba. Única y primera. Parece un signo.
EL COMPROMISO
En los convulsos años
cincuenta (la guerra de Argelia comienza en 1954), Fatna se aparta del estudio,
participa en la huelga de estudiantes argelinos en París de mayo-junio de 1956,
y no se examina: suena la hora de la independencia y decide tomar parte activa
en ella. Escribe y publica. Con La soif
(La sed), que escribe en dos meses y
que se traduce enseguida con enorme éxito en Estados Unidos, inicia su carrera
literaria, adoptando ya el pseudónimo de Assia Djebar. En 1958 continúa con el
boicot a los exámenes y se ve obligada por la dirección a abandonar la Escuela.
Se traslada a Túnez donde colabora con Frantz Fanon en el Moudjahid, órgano de prensa del clandestino FLN (Frente de
Liberación Nacional), y visita los campos de refugiados de argelinos en la
frontera entre Túnez y Argelia. Durante tres años, da clase de historia moderna
del Magreb en Rabat. En 1962, regresa a Argel en los primeros días de la
independencia. En septiembre de ese año, es nombrada profesora de historia
—también la única—. En 1964, tras el golpe de Estado de Bumedian y la política
de arabización, que obliga a impartir las clases en árabe, pide la excedencia y
regresa a París.
ESCRITURA Y MOVIMIENTO
Desde aquella mañana de
otoño en que su padre la llevó de la mano a la escuela no ha dejado de moverse.
Porque para Assia escritura y movimiento están íntimamente ligados. Así lo
recordó más de tres décadas después, cuando en el año 2000 recibió el Premio de
la Paz que otorgan los libreros y editores alemanes: "no habría iniciado
con ardor mi carrera literaria (y esto puede sorprender) si no me hubiera
gustado recorrer anónimamente las calles de las ciudades, curiosa, como si fuera un chico (subrayado mío),
y aún hoy como una simple paseante. La libertad de moverse y desplazarse. Esta
es para mí la primera de las libertades"[8].
Palabras pronunciadas ocho
años después de que se iniciaran los nuevos "sucesos" de Argelia, la
guerra sucia, soterrada, no reconocida, que ensangrentó el país y que tuvo como
uno de sus blancos preferido a las mujeres que se "movían" fuera de
su esfera, es decir, de las cuatro paredes de su casa. Ni el velo islámico
sirvió en muchos casos de freno.
"¡Ay, hermana mía,
tengo miedo, yo que creí despertarte. Tengo miedo de que las dos, las tres,
todas —salvo las paridoras, las madres guardianas, las abuelas necrófagas— nos
volvamos a encontrar atadas en ‘este occidente de Oriente’, en este lugar de la
tierra donde brilló para nosotras con tal lentitud la aurora, que ya, por todas
partes, nos cerca el crepúsculo".[9]
Con este párrafo
premonitorio pone fin en 1986 a Sombra
sultana, la segunda entrega de su quator argelino —inmenso fresco que
inicia El amor, la fantasía y se
continúa con Grande es la prisión— y que
es ya escritura de madurez: biografía personal y "biografía" del
país, historia con mayúscula e historia de las gentes sin historia, de las
mujeres en suma, se entrelazan, como la historia de Hayila e Isma, la una
sultana, sombra la otra. Sherezad y Duniazad.
¡ACCIÓN!
De 1967 hasta 1980 su
pluma deja de correr. Silencio de más de diez años, durante los que se va
gestando esa escritura de madurez en la que expresará con lengua propia todas
sus heridas.
Pero la gestación no es
muda. Vuelve al origen, a la caverna que le devuelve los sonidos de la lengua
materna, terciopelo y espinas. Lengua de amor, ternura sororal, calor del
gineceo. Memoria.
Y de esa búsqueda, de ese
deseo, quizá, de recuperar su voz dormida, nacen sus dos largometrajes,
saludados por la crítica, La Nouba des
femmes du mont Chenoua[10]
y La Zerda des chants de l'oubli[11].
"Dije: ‘acción’. La
emoción me embargó. Como si, conmigo, todos los harenes hubieran susurrado:
‘acción’[12].
Acción, sinónimo de
movimiento. ¡Muévete, camina, actúa! Y la cámara va escribiendo las palabras,
las frases que habitarán las páginas de Grande
es la prisión:
"Cuerpo hembra velado
enteramente con una sábana blanca, el rostro enteramente oculto, solo se deja
libre un agujero para el ojo. (…) Esa imagen —realidad de mi infancia, de la de
mi madre y de mis tías, de mis primas a veces de mi misma edad, ese escándalo
que de niña viví como norma— está aquí, surge en el inicio de esta búsqueda:
silueta única de mujer, reuniendo en los faldones de la sábana-mortaja los
aproximadamente quinientos millones de segregadas del mundo islámico"[13].
EXILIO
Tras ese paréntesis:
"Yo habría podido ser, a finales de los años 70, cineasta de lengua árabe
a la vez que novelista francohablante"[14]…
Pero no fue así: las estructuras asfixiantes de la cinematografía de Estado de
su país la disuadieron[15].
Y recobra la escritura, que ya no abandonará nunca. Se instala en ella, como en
un territorio propio, en un cuarto propio.
Fuera ya de Argelia, desde
su exilio (¿es la palabra adecuada?) voluntario en París o Nueva York, camina y
escribe; escribe y camina, como en aquellos inicios apasionados de su carrera, como si fuera un chico. El francés
aprendido metamorfoseado en francés suyo: ya no se trata de hablar con el otro
o como el otro, sino de hablar diferente.
Instalada en el margen de la lengua, desentraña sus secretos y cicatriza sus
heridas, herencia irrenunciable.
Abre los brazos de su
escritura a la historia enterrada de su patria de origen, a la memoria
olvidada, da voz a las sin voz, invita a la conquista del afuera, ese espacio
que para las mujeres de su "tribu", incluso las de su edad, era agujero negro, vacío
lleno de incertidumbre y peligros, espacio ajeno… al que solo se accedía a
través de celosías —figura constante en su narrativa, la mirona— y azoteas… O
—deprisa, deprisa, pegadas a las paredes, cubiertas de la cabeza a los pies,
fija la mirada en el suelo al cruzarse con un extraño y siempre acompañadas por
un varón— camino del baño o de la mezquita en las fiestas de guardar. El camino
no contaba, solo la meta. Assia camina sin rumbo, sin meta, "mirona",
pero afuera: libertad de ver y ser vista, de "desnudar" el cuerpo
—desnuda es la palabra que se utiliza para referirse a una mujer que sale fuera
de la casa sin velo—.
Escritura
en lengua francesa, sí, pero con el oído atento a los sonidos de la lengua
materna —a medio camino entre el bereber de las montañas y el árabe de la
ciudad cercana—[16], una lengua
más allá de las lenguas "que solo la literatura puede secretar"[17].
Y Assia
resume en las siguientes palabras el itinerario que estas líneas han querido
dibujar:
"mi francés, forrado con el terciopelo, pero también
con las espinas de las lenguas ocultadas de antaño, quizá cicatrizará mis
heridas de la memoria".
Nota
biográfica
Assia Djebar, cuyas obras han sido
traducidas a la mayoría de las lenguas europeas, está considerada como una de
las grandes escritoras del Magreb. Es autora de más de quince títulos, varios
premiados en diversos países. Han sido editadas en español y catalán, y en
ocasiones reeditadas, las obras más representativas de su etapa de madurez: El amor la fantasía (1990), Premio de la
amistad franco-árabe; Lejos de Medina
(1993); Sombra sultana (1995), Ombra sultana (2002), Premio Liberatur de Fráncfort a la mejor novela de mujer; Grande es la prisión
(1997), El blanco de Argelia (1998),
International Literary Neustadt Prize; Dones
de Alger en les seves estances (2002); Las
noches de Estrasburgo y Les nits
d'Estrasburg (2002), Premio de Ensayo en Alemania y Premio Internacional de
Palmi en Italia (1998). Ha realizado y dirigido dos largometrajes, La Nouba des femmes du mont Chenoua (1978),
Premio de la Crítica de la Bienal de Venecia de 1979 y La Zerda des chants de l'oublie (1982), Premio a la mejor película
histórica del Festival de Berlín de 1983.
En 2000 recibió el Premio de la Paz de
Fráncfort. Desde 1999 es miembro de la real Academia de Bélgica y desde 2005,
de la Academia Francesa.
(más información www.assiadjebar.net)
Inmaculada Jiménez Morell es editora de ediciones del
oriente y del mediterráneo. Comparte su labor editorial con la traducción
literaria. Ha traducido, entre otros autores magrebíes de expresión francesa, a
Assia Djebar (El amor, la fantasía, Sombra sultana, Grande es la prisión, y El
blanco de Argelia); Fátima Mernissi (Marruecos
a través de sus mujeres, Miedo a la modernidad: Islam y democracia, El harén
político. El Profeta y las mujeres…), Dris Chraibi, Abdellatif Laabi…
Es autora de La
prensa femenina en España. Desde sus orígenes a 1868 (Premio Nacional María
Espinosa, 1983; ediciones de la Torre, 1992) y "Alejandrinas", en Biblioteca Alejandrina: Homenaje a la
memoria, apuesta por el futuro (Biblioteca Nacional, 2003).
[1] Pseudónimo literario de Fatma Zohra Imalayen.
[2] En la actualidad, de los 40 miembros de la
Academia francesa 4 son mujeres (3 de los 46 que componen la española). La
primera en atravesar la puerta para ocupar un sillón de tan docta institución
fue Marguerite Yourcenar, en el año 1980. Dos años antes, Carmen Conde hacía lo
propio en la Academia española. Más de un siglo costó a las mujeres tener una
presencia —que podríamos calificar de testimonial— en tan alta institución. Ya
a mediados del siglo XIX, Gertrudis Gómez de Avellaneda, una de las primeras
escritoras españolas que pretendió ser admitida, se lamentaba así de su
fracaso: "Como desgraciadamente la mayor potencia intelectual no alcanza a
hacer brotar de la parte inferior del rostro humano esa exhuberancia animal que
requiere el filo de la navaja, ella ha venido a ser la única e insuperable
distinción de los literatos varones, quienes —viéndose despojados día a día de
otras prerrogativas que reputaban exclusivamente suyas— se aferran a aquella
con todas sus fuerzas de sexo fuerte,
haciéndola prudentísimamente el sine qua
non de las académicas glorias". Véase GÓMEZ de AVELLANEDA, Gertrudis,
"La mujer considerada particularmente en su capacidad científica,
artística y literaria", Álbum Cubano
de lo Bello y lo Bueno, en Obras
literarias de la srta… Colección Completa, Madrid, Imprenta Rivadeneira,
1871.
[3] Discurso pronunciado en sesión pública, con motivo
de su entrada en la Academia, París, Palacio del Instituto, jueves, 22 de junio
de 2006.
[4] Ediciones del oriente y del mediterráneo,
Guadarrama, 1998.
[5] Vid cf. nota 3.
[8] Discurso pronunciado con motivo de la entrega del
Premio de la Paz de los libreros y editores alemanes, Fráncfort, octubre de
2000.
[10] La nuba de las mujeres del monte Chenua, Premio
de la Crítica en la Bienal de Venecia de 1979.
[11] La zerba o las
canciones del olvido, Premio a la mejor película histórica en el Festival
de Berlín de 1983.
[15] El largometraje La
nouba des femmes du mont Chenoua, que había sido seleccionado para el
Festival de Cine de Cartago, tras su primera proyección en Argel, que produjo
un verdadero revuelo, fue retirada de la competición a raíz de las presiones
procedentes de Argelia. Los críticos extranjeros protestaron, reclamando una
nueva proyección (Véase, CALLE-GRUBER, Mireille, "Cronología", Assia Djebar, adpf, París, 2006).
[16] Su madre, Bahia Sahraoui, era originaria de la
tribu de los Berkani de las montañas de Dahra. La ciudad a la que alude es
Cherchell, antigua Cesarea, capital de la Mauritania romana.
INTERESANTE ENTREVISTA
A CLARA JANÉS, DIRECTORA DE NUESTRA COLECCIÓN DE POESÍA, CON MOTIVO DE
LA PUBLICACIÓN DE SU LIBRO "GUARDAR LA CASA Y CERRAR LA BOCA", UN
ESTUDIO SOBRE LAS MUJERES EN LA LITERATURA.
El pasado 20 de noviembre tuvo lugar la presentación de Caña, de Jean Toomer, y Cuando Harlem estaba de moda, de David Levering Lewis, en la sala Valle Inclán del Círculo de Bellas Artes de Madrid, a cargo de David L. Lewis, Ray Loriga, Mireia Sentís y José Luis Gallero. Ofrecemos algunas imágenes del acto.
EL PAÍS, 22 DE DICIEMBRE DE 2014 - OBITUARIO
Radwa Ashur, autora de la trilogía ‘Granada’
Prestigiosa escritora egipcia, fue además crítica literaria,
traductora y profesora universitaria
Luz Gómez García
El pasado 30 de noviembre fallecía la novelista egipcia
Radwa Ashur (nacida en 1946), un día después de que un juez de El Cairo
desestimara los cargos contra el ex presidente Hosni Mubarak. En la
presentación de su último libro, Más fuerte que Radwa (2013), Ashur, con la
franqueza que la caracterizaba, dijo que al menos el cáncer le había dado una
tregua para ver caer al dictador. Su lucha política y contra la enfermedad
venían de lejos, y convergieron con cierto aire de despedida en este libro
autobiográfico.
Más fuerte que Radwa es un título que alude a la idea de
“mover montañas” (Radwa es un monte de Arabia), y en buena medida define el
carácter de una amplia generación de escritoras árabes formadas en las
universidades de finales de los sesenta: narradoras como la libanesa Hanan
al-Shaykh, la iraquí Alia Mamduh o la argelina Ahlam Mosteghanemi. Radwa Ashur
estudió Filología Inglesa en la Universidad de El Cairo, y se doctoró en
crítica literaria en la Universidad de Massachussets. Su trabajo sobre Blake y
Gibrán inauguró los estudios de literatura comparada en el mundo árabe, si bien
Ashur se dedicó además a sistematizar la aportación de las autoras árabes a la
modernidad literaria a través del vasto proyecto enciclopédico Escritoras
Árabes 1873-1999, del que fue coeditora.
Casada con el escritor palestino Murid Barguti (autor de la
conocida obra He visto Ramala, Ediciones del Oriente y del Mediterráneo, 2002),
juntos batallaron contra las arbitrariedades de una legislación que durante
diecisiete años impidió a Murid residir en Egipto y negó la nacionalidad al
hijo de ambos, el hoy poeta Tamim Barghouti, pues solo se reconoce por vía
paterna.
Crítica literaria, traductora y profesora, Radwa Ashur se
convirtió en una novelista unánimemente reconocida en el mundo árabe tras la
publicación de la primera parte de la trilogía Granada, que obtuvo el premio al
Libro del Año 1994 en la Feria del Libro de El Cairo, el principal
acontecimiento literario árabe antes de que los petrodólares desembarcaran en
la cultura. En un país distinto del nuestro, la publicación de Granada
(Ediciones del Oriente y del Mediterráneo, 2000) habría sido un acontecimiento.
No fue así. Apenas se vendieron dos ediciones. En Granada Ashur novela el
destino de una familia morisca e imagina una convivencia simbiótica entre
culturas que no pudo ser. Algunos críticos han querido ver en ello una metáfora
de la Palestina actual, lo cual la autora negaba como intención principal, pero
no rechazaba. Sobre el sentido del libro dijo: “Granada es el relato del
oprimido; el simple hecho de sobrevivir se convierte en una lucha heroica en un
mundo hostil en el que historias enteras corren el riesgo de ser borradas”. En
el Hay Festival de Granada de 2008 tuvo la oportunidad de explicar lo mucho que
le molestaba “la lógica de Las mil y una noches” con que la crítica y el
público occidentales se enfrentan a la literatura árabe.
A pesar de haber publicado trece novelas y libros de
relatos, haber sido traducida a numerosas lenguas y haber ganado premios
internacionales (como el Constantine Cavafy Prize for Literature en 2007 y el
Sultan Owais Award de narrativa en 2012), Radwa Ashur decía que “seguía
consultando con la almohada” si realmente era una escritora. Tal vez porque el
suyo es un caso poco frecuente de perfecta armonía de novelista y profesora.
Los estudiantes de filología de la universidad cairota de Ayn Shams, donde
siempre dio clase, la temían tanto como la veneraban, pues su exigencia era
idéntica a la entrega que ponía. En igual medida luchó en defensa de la
autonomía universitaria: fue cofundadora del Movimiento 9 de Marzo, que logró
tras años de pleitos que en 2010 el Tribunal Supremo egipcio declarara ilegal
la presencia de la policía en los campus.
Luz Gómez es profesora de Estudios Árabes e Islámicos de la
Universidad Autónoma de Madrid.
El pasado 20 de noviembre tuvo lugar la presentación de Caña, de Jean Toomer, y Cuando Harlem estaba de moda, de David Levering Lewis, en la sala Valle Inclán del Círculo de Bellas Artes de Madrid, a cargo de David L. Lewis, Ray Loriga, Mireia Sentís y José Luis Gallero. Ofrecemos algunas imágenes del acto.
Cairo blues despierta el interés de la crítica
“Por sus emociones, el cómic es
adecuado para el buen periodismo”
Pino Creanza presenta en España
'Cairo blues', un tebeo que fusiona poesía y reporterismo para
narrar el presente de Egipto
El 'Game over' de Mubarak en viñetasÁngel Luis Sucasas Madrid 28 ABR
2014 -EL PAÍSLa caída de Mubarak en viñetas según el 'Cairo blues' de Pino
Creanza.
A doble página en splash. El caos urbano de El Cairo en
todo su esplendor. Un río automovilístico de muchos meandros y el
paisaje de la metrópoli salpicado de logotipos del Hilton, DHL o
Zabado. Sobre una miniatura de un taxi, dos bocadillos: "Ana min
Italiya"; "Ah, Italiya! Pizza, maffia, Birlusconi". El
que iba en el taxi, italiano evidentemente, era Pino
Creanza (Altamura, 1958), ingeniero y autor de tebeos que ha
saltado a la novela gráfica con Cairo
blues (Oriente y Mediterraneo, 2014), un cómic entre el
reportaje y la poesía en viñetas que describe cuál es el presente
de Egipto y cómo se ha llegado a él. Que el formato sea el tebeo
nace de la convicción de este autor en el potencial de este medio:
"Pienso que el cómic es adecuado para hacer buen periodismo por
la implicación emocional que consigue con el lector".
Creanza es sin embargo modesto al valorar lo que ha conseguido en Cairo blues. Para él, el verdadero periodismo en viñetas tiene un héroe claro: Joe Sacco. "Él vive todas las experiencias que cuenta, como un corresponsal. Yo no he vivido todo lo que cuento. Me he documentado". Pero ha sido una documentación muy exhaustiva para plantear una estructura ambiciosa que mezcla todos los géneros periodísticos: desde el reportaje clásico con pinceladas subjetivas hasta las numerosas entrevistas que salpican el conjunto. A veces, estas no han sido realizadas por Creanza, como en su recreación en 16 viñetas de los 4 minutos 36 segundos con los que la activista Asmaa Mahfuz supo levantar a su país el 18 de enero de 2011. "¡Yo saldré a la calle el 25 de enero y gritaré 'No' a la corrupción, 'No' a este régimen!", reza el texto de su último bocadillo en el cómic.
El reportero en viñetas se enfrenta a desafíos semejantes al
tradicional. Está el conseguir y verificar las fuentes, recopilar el
material de investigación y también uno de los quid de la cuestión
periodística, sufrir el calvario de la síntesis: "Es un enorme
esfuerzo. Resumir en cuatro páginas un episodio de una situación
tan rica y compleja". Creanza, consciente de que él no es "un
narrador profesional", prefirió abordar el conjunto de la
situación con múltiples focos, como si de un cuadernillo especial
de revista se tratara, en el que caben temas más amplios, el
seguimiento de cómo se gestó la revolución política y la brutal
represión contra ella, a más curiosos, como el himen de plástico,
el remedio para fingir la virginidad prematrimonial que se exige a la
mujer y que levantó una gran polvareda política y religiosa. Eso
sí, Creanza no deja nunca de romper una lanza por esta vía
alternativa para el reportero: "Un artículo es probable que, si
lo lees entero, solo lo leas una vez. Mientras que en un cómic
vuelves a las imágenes, descubres nuevos detalles que te invitan a
repasar otra vez la historia".
Cairo blues —así se titula tanto por una canción homónima del grupo Radiodervish como por el hecho de que el blues hunde sus raíces en África y es, como El Cairo, "triste y vital a un tiempo"— trata de contar hasta con su estilo, en el que otra vez aparece la humildad (y el sentido de la práctica) de Creanza. Sin carrera de Bellas Artes o experiencia profesional en el tebeo, el creador italiano se inventó su propia técnica: coger una fotografía, pasarla a un programa de retoque digital tipo Photoshop y comenzar a dibujar (digitalmente) sobre ella. "Es algo que le digo siempre a los jóvenes que no se animan porque no saben dibujar. No hace falta ser un artista, solo querer contar una historia".
La viñeta de Moebius que fascinó a Pino Creanza, autor de 'Cairo Blues'.
Creanza es sin embargo modesto al valorar lo que ha conseguido en Cairo blues. Para él, el verdadero periodismo en viñetas tiene un héroe claro: Joe Sacco. "Él vive todas las experiencias que cuenta, como un corresponsal. Yo no he vivido todo lo que cuento. Me he documentado". Pero ha sido una documentación muy exhaustiva para plantear una estructura ambiciosa que mezcla todos los géneros periodísticos: desde el reportaje clásico con pinceladas subjetivas hasta las numerosas entrevistas que salpican el conjunto. A veces, estas no han sido realizadas por Creanza, como en su recreación en 16 viñetas de los 4 minutos 36 segundos con los que la activista Asmaa Mahfuz supo levantar a su país el 18 de enero de 2011. "¡Yo saldré a la calle el 25 de enero y gritaré 'No' a la corrupción, 'No' a este régimen!", reza el texto de su último bocadillo en el cómic.
Cairo blues —así se titula tanto por una canción homónima del grupo Radiodervish como por el hecho de que el blues hunde sus raíces en África y es, como El Cairo, "triste y vital a un tiempo"— trata de contar hasta con su estilo, en el que otra vez aparece la humildad (y el sentido de la práctica) de Creanza. Sin carrera de Bellas Artes o experiencia profesional en el tebeo, el creador italiano se inventó su propia técnica: coger una fotografía, pasarla a un programa de retoque digital tipo Photoshop y comenzar a dibujar (digitalmente) sobre ella. "Es algo que le digo siempre a los jóvenes que no se animan porque no saben dibujar. No hace falta ser un artista, solo querer contar una historia".
La viñeta de Moebius que fascinó a Pino Creanza, autor de 'Cairo Blues'.
El usar fotografías le permite al historietista escarbar en otra
de sus obsesiones: el detallismo. "Amo el detalle. Sobre todo la
arquitectura urbana de los paisajes.Trabajar sobre fotografía me lo
da todo para que luego pueda decidir qué dejo fuera y qué dentro".
Y así por las páginas de Cairo Blues se suceden
espectaculares splash (cuando una viñeta ocupa la totalidad
o gran parte del espacio de dibujo) en el que se puede sentir El
Cairo en toda su extensión o en la más ínfima de sus
porciones. Creanza, eso sí, reconoce que le debe mucho a un "padre"
creativo. Ese genial doble artista que fue Jean Giraud Moebius. "Hay
una viñeta de él que me obsesiona. Te muestra algo muy simple: una
figura a caballo y un escenario urbano. Pero dibujado con una extrema
minuciosidad. Y es eso precisamente lo que invita a demorarse, a
reflexionar, a explicar una situación a partir solo de la imagen".
Pero Creanza no se olvida de que el cómic es un medio expresivo, abstracto, pictórico. El color, un sepia a medio camino entre el tono de las arenas del desierto y el gris del cemento urbano, se convierte a su aliado para transmitir no solo la realidad palpable del Cairo, sino también su espíritu: "El Cairo son contrastes: cálido pero polvoriento; vivaz pero inmemorial... Aunque muchos edificios son nuevos, su mantenimiento no es gran cosa. Los ángulos se inclinan, las fachadas se degradan y todo adquiere este tono entre el sepia y el gris".
Lo curioso en un autor tan volcado en reflejar el aquí y ahora en
su trabajo es cómo define el cómic, llegando a afirmar que su
esencia es "la poesía". Aunque de su obra no se atreve a
tacharla de lírica: "No, tanto como que estoy haciendo poesía,
no. Pero sí que me alejo en mi relato de la crónica pura e intento
insuflar a mis textos algo de mi subjetividad, de mis emociones,
sobre todo ante mi fascinación por El Cairo arquitectónico... A fin
de cuentas la poesía es transmitir el sentimiento de una vivencia".
Página 27 de Cairo blues: De fondo, la silueta de un barco
con su vela al tercio y su pareja de tripulantes. Sobre ella, un
poema. Título: El sol de sobretarde. Primeros versos: "El
sol postrero de la tarde/ Dora las hojas de las palmeras, oh Nilo./ Y
deja un reflejo de belleza soñada en tu piel".
Basel Ramsis, Nuria Medina, Pino Creanza y Bárbara Azaola.
Pero Creanza no se olvida de que el cómic es un medio expresivo, abstracto, pictórico. El color, un sepia a medio camino entre el tono de las arenas del desierto y el gris del cemento urbano, se convierte a su aliado para transmitir no solo la realidad palpable del Cairo, sino también su espíritu: "El Cairo son contrastes: cálido pero polvoriento; vivaz pero inmemorial... Aunque muchos edificios son nuevos, su mantenimiento no es gran cosa. Los ángulos se inclinan, las fachadas se degradan y todo adquiere este tono entre el sepia y el gris".
EL
PERIÓDICO - Jueves, 17 de abril del 2014 CATALINA GAYà
Gente
corriente
Pino
Creanza: «Tomé fotos y apuntes porque lo necesitaba»
Cuando
era joven quería cambiar el mundo. Ahora aspira a comprenderlo
Acaba
de publicar su primer libro, 'Cairo Blues'.
Pino
Creanza llega a Barcelona para presentar su primer libro, Cairo
Blues, un cómic que tiene su origen en la curiosidad del ser
humano, en la necesidad de comprender la realidad. Lo han traducido
al árabe, al francés, al castellano y al inglés. Siempre,
editoriales pequeñas e independientes que apuestan por miradas
frescas y diferentes.
-Es
italiano, ingeniero de formación y en Cairo Blues explica el
contexto de la revolución egipcia.
-Fui
a Egipto para trabajar como ingeniero. Visitaba fábricas en la
periferia, pero en el tiempo libre visitaba El Cairo. Durante ese
viaje acumulé material sobre el urbanismo y sobre la vida de la
gente de los barrios. No estuve en Egipto cuando empezó el
movimiento en la plaza de Tahir. Lo viví como testigo indirecto.
-Sin
embargo, en la segunda parte del libro dibuja el anhelo de los
activistas.
-Pedí
permiso a periodistas, a blogueros egipcios y fotorreporteros para
utilizar su material. Me interesaba mostrar el contexto, una vida que
es parecida a la nuestra, y también retratar a esas mujeres y
hombres que, entre enero y febrero del 2011, tomaron las calles para
cambiar las cosas.
-¿Y
durante su viaje ya se intuía lo que pasaría luego?
-No.
Los egipcios hablaban de la corrupción y, claro, ese es el sustrato
de lo que ocurrió luego. La gente se quejaba de que se empezaban
proyectos faraónicos y de que no se invertía dinero en mejorar las
condiciones de vida de la ciudadanía. Se notaba el descontento. Le
pongo un ejemplo: decían que estaban rehaciendo el pavimento y que
eso lo hacían cada dos o tres años porque la fábrica de material
pertenecía a la familia de Mubarak. Hasta los emprendedores se
lamentaban de que el sistema económico estuviera controlado.
-Eso
lo explica en el libro. ¿Cómo se le ocurre visitar la Ciudad de los
Muertos, donde se hacinan los traperos?
-Sí.
Cuando fui a Egipto, conocí a italianos que trabajaban ahí y que no
conocían nada, no convivían con los egipcios y ninguno hablaba
árabe. Si yo hubiese vivido seis meses en El Cairo, habría
aprendido algo de árabe.
-Eso
es lo que le mueve para salir del circuito de lo establecido.
-No
sé. Me tocó y me fascinó la realidad. No puedo explicarle un
motivo concreto. Quizá porque de pequeño leí Las mil y una
noches. [Ríe] Supongo que soy curioso y que tengo un interés
político por el mundo. Cuando era joven quería cambiarlo; ahora,
como mínimo, quiero comprenderlo. La curiosidad te puede llevar a
descubrir cosas que ni las personas locales conocen.
-El
Nilómetro de Roda, que también aparece en Cairo Blues.
¿Imaginaba que su vivencia sería un libro?
-No.
Yo tomé fotos y apuntes porque lo necesitaba. Todo era tan nuevo y
tan intenso que necesitaba alargar la experiencia. Quería
documentarme y entender un poco mejor la realidad de lo que estaba
viendo. Egipto es un país tan lejano y, al mismo tiempo, tan
cercano...
-Ya
lo han traducido a cuatro idiomas.
-Empecé
a publicar las historias de Cairo Blues en una revista que
después cerró. Una asociación cultural me propuso que hiciera una
exposición en un festival del Mediterráneo, en Ancona. Luego, una
editorial en Italia me propuso que escribiera un libro. Por sorpresa,
Ricardo Zanini, de Ediciones del Oriente y del Mediterráneo, me
contactó y lo publicamos en España. Lo mismo me pasó con una una
pequeña editorial en Francia y con un editor libanés…
-¿Saldrá
en árabe?
-Ya
lo han editado, pero falta distribuirlo. Estamos preparando un
e-book en inglés. Al fin ha salido bien.
EL EGIPTO JAMÁS CONTADO
Alexandra Dumitrascu entrevista a Pino Creanza (Revista Atalayar. Entre dos orillas)
Imágenes de la presentación de Cairo blues
en Casa árabe
Basel Ramsis, Riccardo Zanini —director de la colección Azulejos—, Pino Creanza y Bárbara Azaola en otro momento
de la presentación de Cairo blues en Casa Árabe.
Cairo blues en Valencia en la librería Dadá del MuVIM,
el Museu Valencià de la Il.lustració i de la Modernitat, en Madrid, en
Casa Árabe, y en el Istituto Italiano di Cultura de Barcelona
El próximo sábado, 5 de abril, en el MuVIM, en el marco del Espai Mediterrani, y con la colaboración de la Librería Dadá, que acoge una muestra de nuestro catálogo, con el título "De País de Arena a Cairo blues" presentaremos nuestra primera introducción en el mundo de la novela gráfica desde aquel lejano País de arena con que iniciamos nuestra andadura hace ya 25 años.
El lunes, 7 de abril, a las 19.00, presentaremos Cairo blues en Madrid, en Casa Árabe, en presencia del autor, Pino Creanza, de Bárbara Azaola y del realizador egipcio Basel Ramsis. Se hablará de novela gráfica, pero también de ese magistral relato que el autor hace de El Cairo durante los días de la revuelta contra Mubarak.
El martes, 8 de abril, a las 19.00, es el Istituto Italiano di Cultura de Barcelona el que acogerá un coloquio entre Riccardo Zanini, director de la colección azulejos, que se inicia precisamente con Cairo blues, y Pino Creanza, acompañados por sus editores.
Aída, responsable del Espai Contrabandos, Pino Creanza y Riccardo Zanini brindan por el éxito de la presentación en Barcelona.
BDS por Palestina se presenta
en el Espai Contrabandos de Barcelona el 10 de abril, con la participación de Luz Gómez, coordinadora del libro y profesora de Estudios árabes (UAM), de David Fernàndez diputado de Candidatura d’Unitat Popular (CUT-AE) y Aitor Hernández Carr, profesor de Ciencias Políticas (UB).
Vista del Espai Contrabandos poco antes de dar inicio la presentación.
Y en la librería Enclave de Libros, de Madrid, el 24 de abril a las 19.30, con la participación de Luz Gómez, coordinadora del Libro, Carlos Varea y Héctor Grad, todos ellos profesores de la Universidad Autónoma de Madrid.
En torno a este libro y a la campaña BDS de Boicot, Desinversiones y Sanciones
contra la ocupación ilegal de territorios y el apartheid hacia la
población palestina ejercidos por el Estado de Israel, tendrán lugar
diversos actos de los que podrá encontrarse información en nuestra
página de facebook o en la página de la campaña BDS.
ABRE EL ESPAI CONTRABANDOS DE BARCELONA
Espai Contrabandos es un espacio
dedicado a la edición independiente y el libro político situado en el
centro de Barcelona donde pueden encontrarse los libros de pensamiento
político de las editoriales asociadas a Contrabandos y muchas cosas más:
presentaciones, grupos de lectura, itinerarios de lectura, espacio de
descanso y lectura… Empleamos el término "político" en un sentido
amplio, más allá de las instituciones y los partidos, entendido como
pensamiento crítico, lo personal con lo que convivimos en nuestra
cotidianidad…
Unas pocas fotografías tomadas el día de la inauguración os darán una idea de cómo es y qué es el Espai Contrabandos.
Y tampoco faltaron unos sabrosos pinchitos…
Si queréis estar al corriente de sus actividades: Espai Contrabandos
CONTRABANDOS
surge de la unión de distintos proyectos editoriales independientes de
libros críticos y políticos. Nos unimos para trabajar juntos, apoyarnos
mutuamente y amplificar debates e ideas clave.
Os animamos a seguir nuestra web y nuestras iniciativas.
El superviviente y el exiliado
Stéphane Hessel / Elias Sanbar
Ed. del Oriente y del Mediterráneo. 189 páginas, 12 euros
MIGUEL CANO | 14/06/2013 | EL CULTURAL Edición impresa
Sigue espigándose la obra escrita del resistente Stéphane Hessel, recientemente fallecido y al que el éxito le llegó ya nonagenario con aquel panfleto que bautizó a toda una generación de nuevos rebeldes: ¡Indignaos! (Destino, 2011). En esta ocasión nos encontramos ante una extensa conversación a propósito del conflicto palestino-israelí con el escritor y representante de Palestina en la Unesco Elias Sambar. Pero el asunto del diálogo, al inbricarse con tanta pasión en las biografía de los interlocutores, acaba dibujando también sus respectivas peripecias biográficas.
Y es que Hessel se comprometió en un principio con la creación del estado de Israel, justa compensación a la tragedia de la Shoáh. Pero con el tiempo fue la llamada Nakba con la que los palestinos bautizaron lo ocurrido a partir de 1948 -las grandes expulsiones de población y los campos de refugiados- la que atenazó la conciencia del antaño miembro de la Resistencia francesa casado además con la fervientea propalestina Christiane. La conversación llena seis siglos de historia, hasta la actualidad pasando por la Guerra de los Seis Días. Y la pregunta final: “¿La paz es posible? ¿Quién sabe? Quizá algún día los demócratas árabes y los de Israel se unirán contra sus respectivos régimenes”.
Con motivo de la aparición de su nuevo disco Songs of the Metropolis, la revista Cool publica una entrevista con el conocido escritor y músico Gilad Atzmon:
INTERESANTE CRÍTICA DE JOSÉ CRUZ CABRERIZO
EN LA REVISTA DIGITAL NARRATIVAS
DE LA NOVELA A ESCONDIDAS
DE SONALLAH IBRAHIM

Conversación en el Centro de Cultura Contemporánea de Barcelona entre Margarida Castells y Salvador Peña sobre la traducción de As-siratan, del escritor kurdo Salim Barakat, al catalán por Dolors Cinca y al castellano por Salvador Peña, el martes 5 de marzo a las 19.00.
Conversa al Centre de Cultura Contemporània de Barcelona a càrrec de Margarida Castells i Salvador Peña sobre la traducció d'As-siratan, de l'escriptor kurd Salim Barakat, en català per Dolors Cinca i al castellà per Salvador Peña, el dia 5 de març a les 19 h.
El gran escritor turco, Yasar Kemal, falleció a la edad de 92 años en Estambul el 28 de febrero.
Nuestro catálogo, en el que figuran Calor amarillo, una recopilación de sus cuentos, y Si aplastaran la serpiente, se enriquecerá en breve con una recopilacion de su obra poética: La primavera ha venido
PRESENTACIÓN DE "VINO" EN CASA ÁRABE
El 11 de febrero de 2015, en Casa Árabe, acompañado por Antonio Gamoneda, Clara Janés, Federico Arbós y Eduardo López Busquets,
Mohammed Bennis presentó su poemario Vino.
Reproducimos a continuación un texto publicado por su traductora y editora con motivo del nombramiento de la escritora argelina como miembro de la Academia Francesa:
LA LENGUA DEL ENEMIGO
El 22 de junio de 2006 Assia Djebar[1] tomó posesión del
sillón 5 de la Academia Francesa, un acto poco usual en las Academias, como su
larga historia se obstina en demostrarnos [2].
Pero si inusual es que una mujer ocupe uno de sus sillones,
más sorprendente es si cabe que quien lo ocupe sea una "antigua
colonizada". Assia Djebar es la primera persona de origen magrebí que
accede a la Academia.
"Recuerdo que el año pasado, en junio de 2005, el día
en que me eligieron ustedes a su Academia, respondí a los periodistas que
buscaban mi reacción que estaba contenta por la francofonía del Magreb. Se
imponía la sobriedad, pues tenía la sensación casi física de que sus puertas se
abrían no solo para mí y mis libros, sino para las sombras todavía vivas de mis
compañeros —escritores, periodistas, intelectuales, mujeres y hombres de
Argelia que en la década de los noventa pagaron con su vida el hecho de
escribir, exponer sus ideas o, sencillamente, enseñar… en francés".[3]
Sombras vivas que convoca en El blanco de Argelia[4], porque
el blanco es el color del luto para los musulmanes… Por sus páginas desfilan
como en una procesión ritual esos "queridos desaparecidos", abatidos
por los cuchillos o las balas de la intransigencia: a tres de ellos, Tahar
Djaout –escritor, periodista y crítico literario—, Youssef Sebti —sociólogo— y
Abdelkáder Alloula —uno de los más populares dramaturgos argelinos— dedicó años
antes el Premio de la Paz que, en el año 2002, le otorgó la Asociación de
Editores y Libreros alemanes.
Este nombramiento podría no ser más que una anécdota, desde
luego una anécdota importante en la vida de una escritora, si no fuera por el
hecho de que la ambigua / dolorosa relación con la lengua francesa, lengua del
enemigo, del colonizador ha sido y sigue siendo la esencia misma de su
escritura desde sus primeras obras.
Una escritura que a lo largo de sus más de cuarenta años de
actividad literaria ha ido tejiendo en difícil arabesco esa lengua del Otro con
las del origen: el bereber de sus abuelas y el árabe, salpicado de bereber y
con melodía andalusí, de su madre: "el sonido del origen fermentó en el
propio corazón del francés"[5]
COMO SI FUERA UN CHICO
La relación de Assia Djebar con la lengua del colonizador se
inicia a una edad temprana. Y es precisamente su padre —la persona que debía
vigilar su entrada en el gineceo para salvaguardar su honor— quien le abre la
puerta —real y simbólica— al conocimiento, a la libertad:
"Chiquilla árabe que va por primera vez a la escuela,
una mañana de otoño, de la mano de su padre. Este, cabeza tocada con fez, la
silueta alta y erguida dentro del traje europeo, lleva una cartera y es maestro
en la escuela francesa. Chiquilla árabe en un pueblo del Sahel
argelino"[6].
Aún me producen emoción estas palabras recogidas en las
páginas del primer libro que traduje de Assia. Esa chiquilla me tendió la mano
y caminé junto a ella recorriendo las páginas de la historia dolorida de su
país. El viaje duró cuatro libros. Pero es en este cuando se produjo la
fascinación.
Ese gesto paterno: tomar de la mano a su hija mayor y
encaminarla hacia la escuela —algo tan trivial en nuestros días— se revela
gesto revolucionario, fundador.
"No recuerdo nada de la sesión del fotógrafo de escuela;
al menos de la primera fotografía en que aparezco, precisamente en esa clase de
chicos.
La miro ahora, tantísimos años después.(…)
Me pusieron en medio de la primera fila: una chiquilla de
frente abombada, pelo negro corto y de mirada sin duda resuelta, pero que no sé
cómo definir. En la pizarrita que sostiene un chico sentado está escrita la
fecha del año escolar en tiza: 1940. (…)
Recrear el momento de posar: mi padre hizo que se sentaran
afuera, delante de la puerta, todos sus alumnos: los más pequeños y más bajos,
delante, sentados en dos filas, lo mayores detrás, de pie. Debió de pasar
revista al estado de sus indumentarias, para que no parecieran tan flacos. A
continuación se colocó a un lado: todos están listos para la foto.
¿Y yo? Debía de estar esperando, dócil y silenciosa, un poco
apartada, a un lado. Era la primera vez: nadie me había explicado el ritual de
la foto de clase. De repente… ¿Qué impulso de repente arrastró a mi padre? Me
miró. Me vio sola, esperando, e intimidada, como de costumbre. ¿Qué le pasó?
¿Una repentina ternura? ¿Un sentimiento vago de injusticia al verme sola,
separada de aquellos niños, como excluida? Por un instante olvidó que era una
niña, y por lo tanto un ser aparte para sus alumnos… Vino a buscarme y me cogió
de la mano; mandó retroceder a los niños de la primera fila y me sentó en el
centro, frente al fotógrafo… Volvió a su sitio de maestro vigilante. Y entonces
yo, como presidiendo: inesperada reina entre futuros guerreros. Presidiendo y
sin saberlo.
Para el maestro, ahora todo está en su sitio, justo antes
del disparo, se estira y espera junto a los que instruye. Posa para los demás
—para todo el pueblo, incluida la pequeña sociedad colonial a la que
insolentemente provoca con su orgullo y sus reivindicaciones igualitarias. Posa
orgulloso junto con los cuarenta chicos que educa, y no solo en el aprendizaje
del francés, y orgulloso también de su hija mayor —es una niña, bueno y qué—, y
la ha colocado en el centro.
Ahí se queda la chiquilla, con el torso ligeramente inclinado
hacia delante, la cara tensa y con una mirada seria que no corresponde a su
edad —cuatro años, tanto como decir cuarenta dentro de nada. Se da cuenta, pero
muy confusamente, de que desentona: en otros sitios esto no debe de pasar,
colocar a una chiquilla completamente sola en medio de cuarenta niños, y además
mayores. No sabe que los intimida; los percibe como una presencia única,
respetuosa, pero desconfiada, por no decir hostil. Su padre, a un lado, espera,
como todos, el disparo.
Fue la primera fotografía que me hicieron. Un día de clase
en los comienzos de la guerra mundial en un pueblo del Sahel argelino[7].
ÚNICA Y PRIMERA
La fotografía me habla desde la distancia en el tiempo e
ilumina con otro matiz su escritura. La pequeña Fatna es la única niña en el
nutrido grupo de chiquillos que asisten a la escuela donde es maestro su padre.
Única. Primer desgarro.
De modo que Fatma/Assia es una niña como las demás —niña
entre las mujeres de la casa, va al hamman, asiste a bodas con su madre, sus
tías y sus primas, aprende a bailar al ritmo de las palmas que acompañan la
música en las fiestas de mujeres—, y no lo es. Cuando llegue la edad núbil no
se velará como la mayoría de sus iguales, es más, vivirá alejada de la familia,
interna en una ciudad de provincias, Blida, donde estudia bachillerato en la
rama de lenguas clásicas. También aquí será la única musulmana de su clase, las
otras argelinas, unas veinte, a las que llaman "indígenas",
pertenecen a la sección de modernas.
A aquel primer desgarro vivido por todos los magrebíes
escolarizados por Francia en sus colonias —sonrisa irónica y condescendiente
cuando rememoran y relatan los años en que estudiaban las hazañas de
"sus" antepasados galos— se suma la separación física de la familia:
sentimiento ambiguo. A la libertad de gozar plenamente de sus horas de estudio
y amistad con muchachas de procedencia diversa, al placer de embelesarse con
las lecturas de los grandes escritores… franceses, se contrapone el sentimiento
de desarraigo: ágrafa en su lengua de origen, distanciada de sus iguales, con
las que se reúne durante el periodo vacacional. Pera ya no es lo mismo.
El francés, ese idioma del "enemigo", va
abriéndole el camino que la conducirá a París, donde estudia historia en la
Escuela Normal Superior. También allí será la primera argelina que se inscriba.
Única y primera. Parece un signo.
EL COMPROMISO
En los convulsos años cincuenta (la guerra de Argelia
comienza en 1954), Fatna se aparta del estudio, participa en la huelga de
estudiantes argelinos en París de mayo-junio de 1956, y no se examina: suena la
hora de la independencia y decide tomar parte activa en ella. Escribe y
publica. Con La soif (La sed), que escribe en dos meses y que se traduce
enseguida con enorme éxito en Estados Unidos, inicia su carrera literaria,
adoptando ya el pseudónimo de Assia Djebar. En 1958 continúa con el boicot a
los exámenes y se ve obligada por la dirección a abandonar la Escuela. Se
traslada a Túnez donde colabora con Frantz Fanon en el Moudjahid, órgano de prensa
del clandestino FLN (Frente de Liberación Nacional), y visita los campos de
refugiados de argelinos en la frontera entre Túnez y Argelia. Durante tres
años, da clase de historia moderna del Magreb en Rabat. En 1962, regresa a
Argel en los primeros días de la independencia. En septiembre de ese año, es
nombrada profesora de historia —también la única—. En 1964, tras el golpe de
Estado de Bumedian y la política de arabización, que obliga a impartir las
clases en árabe, pide la excedencia y regresa a París.
ESCRITURA Y MOVIMIENTO
Desde aquella mañana de otoño en que su padre la llevó de la
mano a la escuela no ha dejado de moverse. Porque para Assia escritura y
movimiento están íntimamente ligados. Así lo recordó más de tres décadas
después, cuando en el año 2000 recibió el Premio de la Paz que otorgan los
libreros y editores alemanes: "no habría iniciado con ardor mi carrera
literaria (y esto puede sorprender) si no me hubiera gustado recorrer
anónimamente las calles de las ciudades, curiosa, como si fuera un chico
(subrayado mío), y aún hoy como una simple paseante. La libertad de moverse y
desplazarse. Esta es para mí la primera de las libertades"[8].
Palabras pronunciadas ocho años después de que se iniciaran
los nuevos "sucesos" de Argelia, la guerra sucia, soterrada, no
reconocida, que ensangrentó el país y que tuvo como uno de sus blancos
preferido a las mujeres que se "movían" fuera de su esfera, es decir,
de las cuatro paredes de su casa. Ni el velo islámico sirvió en muchos casos de
freno.
"¡Ay, hermana mía, tengo miedo, yo que creí
despertarte. Tengo miedo de que las dos, las tres, todas —salvo las paridoras,
las madres guardianas, las abuelas necrófagas— nos volvamos a encontrar atadas
en ‘este occidente de Oriente’, en este lugar de la tierra donde brilló para
nosotras con tal lentitud la aurora, que ya, por todas partes, nos cerca el
crepúsculo".[9]
Con este párrafo premonitorio pone fin en 1986 a Sombra
sultana, la segunda entrega de su quator argelino —inmenso fresco que inicia El
amor, la fantasía y se continúa con Grande es la prisión— y que es ya escritura
de madurez: biografía personal y "biografía" del país, historia con
mayúscula e historia de las gentes sin historia, de las mujeres en suma, se
entrelazan, como la historia de Hayila e Isma, la una sultana, sombra la otra.
Sherezad y Duniazad.
¡ACCIÓN!
De 1967 hasta 1980 su pluma deja de correr. Silencio de más
de diez años, durante los que se va gestando esa escritura de madurez en la que
expresará con lengua propia todas sus heridas.
Pero la gestación no es muda. Vuelve al origen, a la caverna
que le devuelve los sonidos de la lengua materna, terciopelo y espinas. Lengua
de amor, ternura sororal, calor del gineceo. Memoria.
Y de esa búsqueda, de ese deseo, quizá, de recuperar su voz
dormida, nacen sus dos largometrajes, saludados por la crítica, La Nouba des
femmes du mont Chenoua[10] y La Zerda des chants de l'oubli[11].
"Dije: ‘acción’. La emoción me embargó. Como si,
conmigo, todos los harenes hubieran susurrado: ‘acción’[12].
Acción, sinónimo de movimiento. ¡Muévete, camina, actúa! Y
la cámara va escribiendo las palabras, las frases que habitarán las páginas de
Grande es la prisión:
"Cuerpo hembra velado enteramente con una sábana
blanca, el rostro enteramente oculto, solo se deja libre un agujero para el
ojo. (…) Esa imagen —realidad de mi infancia, de la de mi madre y de mis tías,
de mis primas a veces de mi misma edad, ese escándalo que de niña viví como
norma— está aquí, surge en el inicio de esta búsqueda: silueta única de mujer,
reuniendo en los faldones de la sábana-mortaja los aproximadamente quinientos
millones de segregadas del mundo islámico"[13].
EXILIO
Tras ese paréntesis: "Yo habría podido ser, a finales
de los años 70, cineasta de lengua árabe a la vez que novelista
francohablante"[14]… Pero no fue así: las estructuras asfixiantes de la
cinematografía de Estado de su país la disuadieron[15]. Y recobra la escritura,
que ya no abandonará nunca. Se instala en ella, como en un territorio propio,
en un cuarto propio.
Fuera ya de Argelia, desde su exilio (¿es la palabra
adecuada?) voluntario en París o Nueva York, camina y escribe; escribe y
camina, como en aquellos inicios apasionados de su carrera, como si fuera un
chico. El francés aprendido metamorfoseado en francés suyo: ya no se trata de
hablar con el otro o como el otro, sino de hablar diferente. Instalada en el
margen de la lengua, desentraña sus secretos y cicatriza sus heridas, herencia
irrenunciable.
Abre los brazos de su escritura a la historia enterrada de
su patria de origen, a la memoria olvidada, da voz a las sin voz, invita a la
conquista del afuera, ese espacio que para las mujeres de su "tribu",
incluso las de su edad, era agujero negro, vacío lleno de incertidumbre y
peligros, espacio ajeno… al que solo se accedía a través de celosías —figura
constante en su narrativa, la mirona— y azoteas… O —deprisa, deprisa, pegadas a
las paredes, cubiertas de la cabeza a los pies, fija la mirada en el suelo al
cruzarse con un extraño y siempre acompañadas por un varón— camino del baño o
de la mezquita en las fiestas de guardar. El camino no contaba, solo la meta.
Assia camina sin rumbo, sin meta, "mirona", pero afuera: libertad de
ver y ser vista, de "desnudar" el cuerpo —desnuda es la palabra que
se utiliza para referirse a una mujer que sale fuera de la casa sin velo—.
Escritura en lengua francesa, sí, pero con el oído atento a
los sonidos de la lengua materna —a medio camino entre el bereber de las
montañas y el árabe de la ciudad cercana—[16], una lengua más allá de las
lenguas "que solo la literatura puede secretar"[17].
Y Assia resume en las siguientes palabras el itinerario que
estas líneas han querido dibujar:
"mi francés, forrado con el terciopelo, pero también
con las espinas de las lenguas ocultadas de antaño, quizá cicatrizará mis
heridas de la memoria".
Nota biográfica
Assia Djebar, cuyas obras han sido traducidas a la mayoría
de las lenguas europeas, está considerada como una de las grandes escritoras
del Magreb. Es autora de más de quince títulos, varios premiados en diversos
países. Han sido editadas en español y catalán, y en ocasiones reeditadas, las
obras más representativas de su etapa de madurez: El amor la fantasía (1990),
Premio de la amistad franco-árabe; Lejos de Medina (1993); Sombra sultana
(1995), Ombra sultana (2002), Premio Liberatur de Fráncfort a la mejor novela
de mujer; Grande es la prisión (1997), El blanco de Argelia (1998),
International Literary Neustadt Prize; Dones de Alger en les seves estances
(2002); Las noches de Estrasburgo y Les nits d'Estrasburg (2002), Premio de
Ensayo en Alemania y Premio Internacional de Palmi en Italia (1998). Ha
realizado y dirigido dos largometrajes, La Nouba des femmes du mont Chenoua
(1978), Premio de la Crítica de la Bienal de Venecia de 1979 y La Zerda des
chants de l'oublie (1982), Premio a la mejor película histórica del Festival de
Berlín de 1983.
En 2000 recibió el Premio de la Paz de Fráncfort. Desde 1999
es miembro de la real Academia de Bélgica y desde 2005, de la Academia
Francesa.
(más información www.assiadjebar.net)
Inmaculada Jiménez Morell es editora de ediciones del
oriente y del mediterráneo. Comparte su labor editorial con la traducción
literaria. Ha traducido, entre otros autores magrebíes de expresión francesa, a
Assia Djebar (El amor, la fantasía, Sombra sultana, Grande es la prisión, y El
blanco de Argelia); Fátima Mernissi (Marruecos a través de sus mujeres, Miedo a
la modernidad: Islam y democracia, El harén político. El Profeta y las
mujeres…), Dris Chraibi, Abdellatif Laabi…
Es autora de La prensa femenina en España. Desde sus orígenes
a 1868 (Premio Nacional María Espinosa, 1983; ediciones de la Torre, 1992) y
"Alejandrinas", en Biblioteca Alejandrina: Homenaje a la memoria,
apuesta por el futuro (Biblioteca Nacional, 2003).
[1] Pseudónimo literario de Fatma Zohra Imalayen.
[2] En la actualidad, de los 40 miembros de la Academia
francesa 4 son mujeres (3 de los 46 que componen la española). La primera en
atravesar la puerta para ocupar un sillón de tan docta institución fue
Marguerite Yourcenar, en el año 1980. Dos años antes, Carmen Conde hacía lo
propio en la Academia española. Más de un siglo costó a las mujeres tener una
presencia —que podríamos calificar de testimonial— en tan alta institución. Ya
a mediados del siglo XIX, Gertrudis Gómez de Avellaneda, una de las primeras
escritoras españolas que pretendió ser admitida, se lamentaba así de su
fracaso: "Como desgraciadamente la mayor potencia intelectual no alcanza a
hacer brotar de la parte inferior del rostro humano esa exhuberancia animal que
requiere el filo de la navaja, ella ha venido a ser la única e insuperable
distinción de los literatos varones, quienes —viéndose despojados día a día de
otras prerrogativas que reputaban exclusivamente suyas— se aferran a aquella
con todas sus fuerzas de sexo fuerte, haciéndola prudentísimamente el sine qua
non de las académicas glorias". Véase GÓMEZ de AVELLANEDA, Gertrudis,
"La mujer considerada particularmente en su capacidad científica,
artística y literaria", Álbum Cubano de lo Bello y lo Bueno, en Obras
literarias de la srta… Colección Completa, Madrid, Imprenta Rivadeneira, 1871.
[3] Discurso pronunciado en sesión pública, con motivo de su
entrada en la Academia, París, Palacio del Instituto, jueves, 22 de junio de
2006.
[4] Ediciones del oriente y del mediterráneo, Guadarrama,
1998.
[5] Vid cf. nota 3.
[6] El amor, la fantasía, ediciones del oriente y del
mediterráneo, 1990, p. 11
[7] Grande es la prisión, Guadarrama, ediciones del oriente
y del mediterráneo, 1997, pp. 345-347.
[8] Discurso pronunciado con motivo de la entrega del Premio
de la Paz de los libreros y editores alemanes, Fráncfort, octubre de 2000.
[9] Sombra sultana, Guadarrama, ediciones del oriente y del
mediterráneo, 1995.
[10] La nuba de las mujeres del monte Chenua, Premio de la
Crítica en la Bienal de Venecia de 1979.
[11] La zerba o las canciones del olvido, Premio a la mejor
película histórica en el Festival de Berlín de 1983.
[12] Grande es la prisión, op. cit., p. 222
[13] Ibídem, "Mujer arable 1", p. 223.
[14] Véase cf. nota 3.
[15] El largometraje La nouba des femmes du mont Chenoua,
que había sido seleccionado para el Festival de Cine de Cartago, tras su
primera proyección en Argel, que produjo un verdadero revuelo, fue retirada de
la competición a raíz de las presiones procedentes de Argelia. Los críticos
extranjeros protestaron, reclamando una nueva proyección (Véase, CALLE-GRUBER,
Mireille, "Cronología", Assia Djebar, adpf, París, 2006).
[16] Su madre, Bahia Sahraoui, era originaria de la tribu de
los Berkani de las montañas de Dahra. La ciudad a la que alude es Cherchell,
antigua Cesarea, capital de la Mauritania romana.
[17] Assia Djebar, op. cit.
IN MEMORIAM
Radwa Ashour (29 de mayo de 1946-30 de noviembre de 2014)
Ha muerto Radwa Ashour, una de las escritores árabes más conocidas por la calidad de su escritura
(El viaje: días de una estudiante egipcia en América, Una piedra
caliente, Jadiya y Susan, Candil, Granada, Sombras, Vi las palmeras, Apariciones, Más fuerte que Radwa, Una mujer de Tantura...),
pero también por su compromiso con la lucha por la democracia en Egipto
y por la liberación de Palestina. Se doctoró en 1975 en la Universidad
de Massachussets con una tesis sobre literatura afroamericana y, tras su
regreso a El Cairo, fue profesora en el Departamento de Lengua y
literatura inglesa de la Universidad de Ain Shams de El Cairo. Cuando
Sadat inició el proceso de normalización de relaciones con Israel, no
dudó en sumarse al Comité Nacional contra el Sionismo en las
Universidades Egipcias y, bajo el régimen de Mubarak, formó parte del
Grupo 9 de marzo, que luchó por salvaguardar la autonomía universitaria
frente a las crecientes injerencias de aquel régimen.
Además de su considerable obra de ficción, se la considera una de las mejores traductoras del árabe al inglés, como revela su traducción de
los poemas de Mourid Barghouti (2008, Midnight and Other Poems), poeta
palestino con quien había contraído matrimonio en 1970. Barghouti, como
muchos otros palestinos, fue expulsado de Egipto por el régimen de Sadat
y obligado, tras haber perdido la posibilidad de regresar a su patria, a
un nuevo exilio que se prolongó durante 17 años (sobre su visita a
Palestina, treinta años después de su expulsión, escribió un emotivo libro: He visto Ramala).
El hijo de ambos, Tamim Barghouti, publicó durante las revueltas de la
plaza Tahrir un poema (Oh, Egipto está cerrado) que se convirtió en un
símbolo para las nuevas generaciones.
En homenaje a Radwa incluimos a continuación la "Carta a Europa", que escribió en septiembre de 2003 en respuesta a la guerra de Irak y al foso creciente que iba abriéndose entre los pueblos árabes y el denominado bloque occidental.
Carta a Europa
Comenzaré por plantear algunas consideraciones que tal vez contribuyan
a perfilar el sentido de esta carta.
La primera de ellas es que escribo desde Egipto. Es decir, desde un
país africano, situado en la ribera sur del Mediterráneo, conectado con la
costa norte desde épocas remotas por el paso de caravanas y barcos que
transportaban mercaderes, viajeros, peregrinos, ideas y potencias invasoras.
Ese intercambio fue tomando la forma de un toma y daca, a veces por la fuerza,
a veces por la seducción, unas por la guerra y otras por la paz.
La segunda consideración es que escribo esta carta (que leeréis
traducida) en la lengua de los árabes. Una lengua hablada desde antiguo, que
traslada la experiencia de una comunidad cuyas raíces y ramificaciones se
extienden desde el Atlántico - desde Mauritania y Marruecos- hasta el Golfo
Pérsico, al oriente de la Península Arábiga; desde la cordillera del Tauro, en
Asia Menor, hasta el corazón del África negra, en Sudán, Somalia y Yibuti. El
árabe es la lengua mayoritaria entre los habitantes de este vasto rincón de la
Tierra. Es ella la que sirve de vehículo a sus relatos, a su cultura y a sus
experiencias, empapada hoy de cierta tristeza mezclada con la conciencia de los
logros de antaño, que llenan el espíritu de orgullo; y también de confusión
ante el presente y sus derrotas, su represión y humillaciones.
La tercera consideración es que escribo esta carta siendo absolutamente
consciente de la fecha en que se escribe: el comienzo de un nuevo milenio en el
que los Estados Unidos de Norteamérica pretenden dominar el mundo y consolidar
su existencia como imperio omnipotente, monopolizador de los criterios legales
y morales que rigen la vida en el planeta. En ese afán dominador, los Estados
Unidos han concedido una relevancia particular a los países árabes y
musulmanes, contra los que han lanzado dos guerras consecutivas en dos años
(Afganistán y, después, Irak) empleando en ellas las últimas innovaciones que
la mente humana ha alcanzado en cuanto a armamento de destrucción parcial y
masiva. Esto sin contar una tercera guerra, continua, en la que no se han
embarcado de forma directa, pero que sí han impulsado material y
espiritualmente. Me refiero a la guerra a la que Israel –con el apoyo
estadounidense- somete de modo sistemático al pueblo palestino. Tales
conflagraciones se ven reforzadas por una guerra mediática, intensa y de largo
alcance, basada en una mixtificación de la imagen de los árabes y musulmanes, a
los que presenta como “el enemigo”: es decir, el enemigo por antonomasia de la
civilización humana.
Y en la vorágine de esta expansión militar, política y económica, los
Estados Unidos han incluido a Europa en su visión arrogante y desdeñosa de los
pueblos del mundo. Así, han dado en llamarla “la vieja Europa”, con un adjetivo
ambivalente que denota, por un lado, antigüedad, caducidad; y por otro, vejez,
una debilidad del cuerpo y de la mente que no permite ya actuar correcta y
ponderadamente. En ambas acepciones se sugiere que el momento de Europa ha
concluido para dejar paso a la época del nuevo imperio, gendarme del mundo y
generador de normas y criterios.
Escribo igualmente
teniendo al fondo la imagen de decenas de millones de personas que en todo el
mundo –y sobre todo en Europa- salieron a la calle para pedir que se detuviera
la guerra, para reclamar un mundo menos brutal, un mundo que se acercara
–aunque sea como mera aspiración- a lo que corresponde a los humanos. Esos
millones de personas que se echaron a la calle en Londres, París, Madrid, Roma,
Atenas y otras capitales y ciudades europeas aprendieron una lección en dos
guerras mundiales que les costaron millones de muertos y una destrucción
espantosa que transformó por completo el aspecto de sus ciudades. Aprendieron
también de las miserias de la vida diaria, de la fealdad, de la crueldad y del
yugo de la explotación capitalista (aunque ahora se llame globalización y nuevo
orden mundial).
Esta última precisión
plantea la complicación fundamental de esta carta dirigida a Europa: ¿A quién
dirigirla dentro de Europa? ¿A Europa entera con todo lo que tiene de bueno y
de malo? ¿A la Europa de los grandes logros de los escritores, artistas,
científicos en los ámbitos del pensamiento, la estética, los descubrimientos y
la técnica? ¿A la Europa cuyos pueblos llevaron adelante revoluciones y
resistencias? ¿O a la Europa de tradición colonizadora, cuyos escritores y
científicos incubaron el racismo y el nazismo como doctrina y como práctica?
Cuarta y última
consideración. Esta carta parte de la conciencia sutil y perfecta de nuestra
responsabilidad común ante el planeta que nos sostiene a todos y al que
sostenemos: una esfera delicada, pequeña y amenazada. A nosotros nos toca
elegir entre conservarla o destruirla.
Quizás el alargar
tanto los preliminares haya sido –por mi parte- un intento de arropar la
inquietud enorme que ha provocado la violencia material y anímica a la que los
árabes estamos sometidos a diario: el bombardeo de las ciudades, los asedios,
la humillación de las gentes, la destrucción de las viviendas, la tala de
árboles y la gestación de generaciones futuras heridas por la guerra,
inválidas, víctimas de enfermedades perniciosas; los medios de comunicación que
retratan al muerto como verdugo, a la víctima como a una fiera, etc, etc. Todo
eso nos ocurre a diario en Palestina y en Irak. ¿Qué violencia es esta? ¿Cómo
podría una persona razonar objetivamente sometida cada día, cada hora, a
semejante carga de violencia?
De la invasión
colonizadora de antaño con sus consecuencias y de la invasión de hoy con su
maquinaria bélica y su arsenal ideológico somos nosotros quienes soportamos la
carga mayor. No se nos deja lugar para el sosiego, no hay tribuna desde la que
expresarse en medio del fragor de la violencia física y mental, de sus vapores
asfixiantes. En guerra por todos los frentes, ¿cómo sería posible un
pensamiento libre y sensato?
Y a pesar de todo, soy
capaz de mirar más allá de los campos de batalla para comprender y estar segura
de que vivimos en un único y pequeño planeta en el que nos une nuestro destino
humano común y la necesidad que tenemos los unos de los otros. No nos cabe sino
permanecer unidos y ser indulgentes para mantenernos y poder mantener el
planeta.
Aspiramos a un poco de
justicia, aspiramos a la igualdad, a un diálogo entre iguales para poder
trabajar juntos por un planeta seguro. Durante siglos hemos vivido en el puesto de “hombre invisible”, del
criado al que sus amos no reconocen más que la misión de servir y los
conocimientos necesarios para seguir esclavizándolo. La invisibilidad es
violencia, y también maldad. Hay en ella una negación despótica de la humanidad
del otro. Es una bomba de relojería que amenaza a ambas partes. El diálogo, el
acercarse en un plano de igualdad, implica la presencia de dos partes; cada una
con su experiencia y su especificidad, con su saber y su mirada. Quiero decir,
cada uno con su bagaje histórico al completo, que constituye su forma de
relación con la esencia histórica y su significado dentro de ésta. No es
posible el diálogo entre el visible y el invisible, entre el que está y el que
no, entre el amo armado de ceguera y el denigrado e ignorado, aquel a quien no
se tiene en cuenta.
Debemos reconocer que
la violencia material e intelectual, que enlaza con los siglos de dominación
colonial europea y que ahora se mezcla con la experiencia migratoria de los
hijos e hijas de los antes colonizados -hoy trabajadores o refugiados en los países
europeos- nos sitúa ante dificultades nada desdeñables. Las complicaciones de
hoy se acumulan sobre las antiguas asestando cada día heridas nuevas sobre las
heridas de antaño. Son dificultades que exigen a Europa en primer lugar un
esfuerzo porque sigue arrastrando, amarrado al cuello, el baldón de su pasado
colonial como el albatros muerto de la Balada del viejo marino de Coleridge.
Los emigrantes, hijos de las colonias, no son los peces del buen Santiago de El
viejo y el mar, obra en la que Santiago los llama “hermanos míos” mientras se
ve abocado a pescarlos y alimentarse de ellos para vivir. Como el mundo se ha
vuelto conocido, accesible, mestizo y pequeño, hoy sabemos que es Próspero y no
Calibán el que come carne humana; y que el casamiento entre Otelos y Desdémonas
no es una trasgresión de las reglas del universo, sino de unos principios
racistas abominables.
Tanto los hijos e
hijas de las colonias residentes en sus respectivos países como aquellos que
han emigrado a estados europeos han dado un paso sorprendente hacia Europa.
Aprendieron sus lenguas, convivieron con sus culturas, se hicieron eco de sus
artes, se mezclaron sin objeciones, tomaron y dieron, fueron útiles y sacaron
provecho. Y sin embargo Europa –en su mayor parte- no reaccionó más que en el
marco de un orientalismo sospechoso, o de un exotismo que colocaba al otro en
el lugar del fenómeno de feria exhibido en una jaula; o de un primitivismo que
enriquecía a un artista determinado a través de un cuadro o de una escultura.
Pocos han sido los que han querido conocernos por nosotros mismos. ¿Mencionaré
por ejemplo a Louis Aragon, el gran poeta francés que a finales de los
cincuenta, queriendo proclamar su adhesión a la revolución argelina, se volcó
hacia la tradición de los árabes y musulmanes, conoció su historia, la obra de
sus poetas y filósofos, sus relatos de amor y sus leyendas hasta llegar a
producir un texto tan bello como “Le fou d’Elsa”? El ejemplo de Aragon entre
los escritores que se acercaron confiados al otro, esforzándose por verlo,
sigue siendo una excepción singular que, lejos de negar la regla, la confirma.
Invitamos a la vieja Europa (y no utilizo aquí la expresión en el
sentido que le dio el responsable de la Administración americana sino, por el
contrario, en el sentido del saber y la experiencia adquirida y acumulada) a
que haga un esfuerzo por participar en un diálogo constructivo con los hijos de
las antiguas colonias, con los inmigrantes. La invitamos a que los conozca, a
que aprenda alguna de sus lenguas, a que se dé cuenta de que en sus culturas
existen valores apreciables, a que se relacione con ellos y se enriquezca con
su presencia. En resumen: la invito a que los vea.
Albert Memmi dijo en
una ocasión que es la experiencia colonizadora la que moldea al colonizador, la
que le da forma, la que hace de él ese ser racista y malvado. Y yo añado a eso
que el esfuerzo por un mundo más justo y solidario, en el que reine algo más de
justicia e igualdad aportará a Europa conocimientos y experiencias que la
enriquecerán a través de las culturas y vivencias de pueblos que jamás le
habría sido dado conocer, a través de un conocimiento real, que ni la ceguera
del colonizador ni la invisiblidad impuesta al colonizado hayan adulterado, a
través de un conocimiento de igual a igual.
Me parece que Europa
se halla hoy ante una encrucijada. Se abre ante ella el camino de la alianza
con el imperio americano, de la continuidad de su historia colonizadora, de la
posibilidad de retomar una relación basada en la explotación económica y en la
discriminación racista tanto en las políticas que sostiene con sus antiguas
colonias como en el trato que dispensa a los hijos e hijas de aquellas colonias
que después emigraron y se integraron en sus sociedades. Existe pues el camino
de mantener la esencia de la relación colonizadora: una relación establecida
entre el explotador y el explotado, entre la mano de obra y el capital, entre
el que dirige y el dirigido, entre el rico y el pobre, entre aquel cuyo
discurso dominante es conocido y el ignorado y marginado, el que no tiene voz,
el que –siendo invisible- mira al otro, que no lo ve ni tiene ganas de verlo.
La otra vía, que conviene al nuevo mileno y al nuevo orden –en el que la
Humanidad viviría a la sombra de la justicia y la igualdad- es la vía que
surcan hoy en Europa los movimientos antiglobalización, los pacifistas y otros
grupos que se oponen a la explotación, al racismo y a la guerra tomando como
fundamento las ideas y escritos de autores radicales actuales y del pasado.
Esta labor intelectual, cultural y combativa ayuda cada vez más a que el
pensamiento imperialista y las relaciones que lo encarnan cundan en las
sociedades europeas. Pero, aun así, sigue existiendo una brecha entre tales
movimientos y las potencias dominantes con su correspondiente discurso
justificador. No hay mejor prueba que el hecho de los millones de personas que
salieron a la calle en Inglaterra, en España, en los Estados Unidos y en
Australia, si bien no consiguieron impedir que sus países se adhirieran a la
coalición de fuerzas que se lanzó a la guerra contra Irak, sí que nos plantean
la posibilidad de un futuro distinto al haber tendido las manos, en señal de
amistad, de acercamiento y de colaboración, hacia la construcción de un futuro
más humano que a todos nos concierne, engloba y equipara.
En el comienzo de un
nuevo milenio, aspiramos a que en Europa cambie la relación con sus hijos
inmigrantes, aquellos que emigraron hasta ella , que habitan hoy sus ciudades,
que surten sus fábricas de mano de obra, que conducen sus trenes, barren sus
calles e incluso (algunos pocos de ellos) producen exquisitas muestras de su
literatura, arte e investigaciones científicas, aquellos ante los que tal vez
mañana se abran más caminos para hacer realidad las capacidades que encierran
sin que importe su sangre ni su clase social.
En su día Europa vino
a nosotros, y les dimos la bienvenida con un “ahlan wa-sahlan” (que en árabe
significaría, originalmente, “llegasteis como parte de la familia y así os
acogimos en casa”). O bien acudimos a Europa sin el miedo de los pobres y el
desconcierto de los humillados, sin los prejuicios de quienes se sienten
inferiores, de quienes cargan con el dolor de unas heridas que jamás han
conseguido cicatrizar; o bien llegamos con la confianza de quien se sabe igual
porque da y toma, y convivimos en paz, cercanos, caminando juntos, luchando
contra la miseria, el miedo y los peligros que nos acechan a todos en nuestro
pequeño y delicado planeta.
Radwa Ashur, El Cairo, a 1 de septiembre de 2003 (Traducción de M. Luz
Comendador Pérez)
El pasado 20 de noviembre tuvo lugar la presentación de Caña, de Jean Toomer, y Cuando Harlem estaba de moda, de David Levering Lewis,
en la sala Valle Inclán del Círculo de Bellas Artes de Madrid, a cargo
de David L. Lewis, Ray Loriga, Mireia Sentís y José Luis Gallero.
Ofrecemos algunas imágenes del acto.
EDICIONES DEL ORIENTE Y DEL MEDITERRÁNEO, PREMIO "CÁLAMO DE HONOR 2014"
La Sociedad Española de
Estudios Árabes (SEEA) ha concedido el Premio Cálamo de Honor 2014 a los
responsables de la editorial madrileña Ediciones del Oriente y del Mediterráneo, por su labor de dar voz al mundo árabe a través de su literatura.
La concesión de este galardón, de carácter anual, se enmarca dentro de los objetivos fundacionales de la SEEA, que son el desarrollo, la promoción y la difusión de los estudios árabes en España. En este sentido, el Premio Cálamo de Honor distingue a aquella persona que, sin ser arabista, haya desempeñado un papel destacado y ejemplar en el campo de los estudios árabes.
Este año se cumplen veinticinco años desde que Immaculada Jiménez Morell y Fernando García Burillo fundaran la editorial Ediciones del Oriente y del Mediterráneo, fruto de su empeño en dar a conocer al lector español destacados títulos de grandes literaturas por aquel entonces desconocidas, como la marroquí, la argelina, la libanesa, la egipcia, pero también la turca, la iraní o la griega. Este reconocimiento que reciben por parte de los arabistas españoles es, sin duda, una forma sincera de agradecimiento a tantos años de esfuerzo.
Agradecemos enormemente a la Sociedad Española de Estudios Árabes esta distinción. La SEEA es una asociación científica creada en 1993 que agrupa a profesores e investigadores interesados en el desarrollo, promoción y difusión de los estudios árabes en España. En su interesante página web puede encontrarse un directorio de escuelas de idiomas donde se imparte el árabe, universidades y grupos de investigación relacionados con el estudio de la lengua y la cultura árabe, así como un canal SeeaEstudiosArabes
La concesión de este galardón, de carácter anual, se enmarca dentro de los objetivos fundacionales de la SEEA, que son el desarrollo, la promoción y la difusión de los estudios árabes en España. En este sentido, el Premio Cálamo de Honor distingue a aquella persona que, sin ser arabista, haya desempeñado un papel destacado y ejemplar en el campo de los estudios árabes.
Este año se cumplen veinticinco años desde que Immaculada Jiménez Morell y Fernando García Burillo fundaran la editorial Ediciones del Oriente y del Mediterráneo, fruto de su empeño en dar a conocer al lector español destacados títulos de grandes literaturas por aquel entonces desconocidas, como la marroquí, la argelina, la libanesa, la egipcia, pero también la turca, la iraní o la griega. Este reconocimiento que reciben por parte de los arabistas españoles es, sin duda, una forma sincera de agradecimiento a tantos años de esfuerzo.
Agradecemos enormemente a la Sociedad Española de Estudios Árabes esta distinción. La SEEA es una asociación científica creada en 1993 que agrupa a profesores e investigadores interesados en el desarrollo, promoción y difusión de los estudios árabes en España. En su interesante página web puede encontrarse un directorio de escuelas de idiomas donde se imparte el árabe, universidades y grupos de investigación relacionados con el estudio de la lengua y la cultura árabe, así como un canal SeeaEstudiosArabes
Jueves 28 de agosto de 2014 a las siete de la tarde,
Acto de solidaridad con Palestina
y presentación del libro BDS por Palestina. El boicot contra la ocupación y el apartheid israelíes
en el Salón de Actos del Ateneo de Madrid
Cairo blues despierta el interés de la crítica
“Por sus emociones, el cómic es
adecuado para el buen periodismo”
Pino Creanza presenta en España
'Cairo blues', un tebeo que fusiona poesía y reporterismo para
narrar el presente de Egipto
El 'Game over' de Mubarak en viñetasÁngel Luis Sucasas Madrid 28 ABR
2014 -EL PAÍSLa caída de Mubarak en viñetas según el 'Cairo blues' de Pino
Creanza.
La viñeta de Moebius que fascinó a Pino Creanza, autor de 'Cairo Blues'.
El usar fotografías le permite al historietista escarbar en otra de sus obsesiones: el detallismo. "Amo el detalle. Sobre todo la arquitectura urbana de los paisajes.Trabajar sobre fotografía me lo da todo para que luego pueda decidir qué dejo fuera y qué dentro". Y así por las páginas de Cairo Blues se suceden espectaculares splash (cuando una viñeta ocupa la totalidad o gran parte del espacio de dibujo) en el que se puede sentir El Cairo en toda su extensión o en la más ínfima de sus porciones. Creanza, eso sí, reconoce que le debe mucho a un "padre" creativo. Ese genial doble artista que fue Jean Giraud Moebius. "Hay una viñeta de él que me obsesiona. Te muestra algo muy simple: una figura a caballo y un escenario urbano. Pero dibujado con una extrema minuciosidad. Y es eso precisamente lo que invita a demorarse, a reflexionar, a explicar una situación a partir solo de la imagen".
Pero Creanza no se olvida de que el cómic es un medio expresivo, abstracto, pictórico. El color, un sepia a medio camino entre el tono de las arenas del desierto y el gris del cemento urbano, se convierte a su aliado para transmitir no solo la realidad palpable del Cairo, sino también su espíritu: "El Cairo son contrastes: cálido pero polvoriento; vivaz pero inmemorial... Aunque muchos edificios son nuevos, su mantenimiento no es gran cosa. Los ángulos se inclinan, las fachadas se degradan y todo adquiere este tono entre el sepia y el gris".
A doble página en splash. El caos urbano de El Cairo en
todo su esplendor. Un río automovilístico de muchos meandros y el
paisaje de la metrópoli salpicado de logotipos del Hilton, DHL o
Zabado. Sobre una miniatura de un taxi, dos bocadillos: "Ana min
Italiya"; "Ah, Italiya! Pizza, maffia, Birlusconi". El
que iba en el taxi, italiano evidentemente, era Pino
Creanza (Altamura, 1958), ingeniero y autor de tebeos que ha
saltado a la novela gráfica con Cairo
blues (Oriente y Mediterraneo, 2014), un cómic entre el
reportaje y la poesía en viñetas que describe cuál es el presente
de Egipto y cómo se ha llegado a él. Que el formato sea el tebeo
nace de la convicción de este autor en el potencial de este medio:
"Pienso que el cómic es adecuado para hacer buen periodismo por
la implicación emocional que consigue con el lector".
Creanza es sin embargo modesto al valorar lo que ha conseguido en Cairo blues. Para él, el verdadero periodismo en viñetas tiene un héroe claro: Joe Sacco. "Él vive todas las experiencias que cuenta, como un corresponsal. Yo no he vivido todo lo que cuento. Me he documentado". Pero ha sido una documentación muy exhaustiva para plantear una estructura ambiciosa que mezcla todos los géneros periodísticos: desde el reportaje clásico con pinceladas subjetivas hasta las numerosas entrevistas que salpican el conjunto. A veces, estas no han sido realizadas por Creanza, como en su recreación en 16 viñetas de los 4 minutos 36 segundos con los que la activista Asmaa Mahfuz supo levantar a su país el 18 de enero de 2011. "¡Yo saldré a la calle el 25 de enero y gritaré 'No' a la corrupción, 'No' a este régimen!", reza el texto de su último bocadillo en el cómic.
Creanza es sin embargo modesto al valorar lo que ha conseguido en Cairo blues. Para él, el verdadero periodismo en viñetas tiene un héroe claro: Joe Sacco. "Él vive todas las experiencias que cuenta, como un corresponsal. Yo no he vivido todo lo que cuento. Me he documentado". Pero ha sido una documentación muy exhaustiva para plantear una estructura ambiciosa que mezcla todos los géneros periodísticos: desde el reportaje clásico con pinceladas subjetivas hasta las numerosas entrevistas que salpican el conjunto. A veces, estas no han sido realizadas por Creanza, como en su recreación en 16 viñetas de los 4 minutos 36 segundos con los que la activista Asmaa Mahfuz supo levantar a su país el 18 de enero de 2011. "¡Yo saldré a la calle el 25 de enero y gritaré 'No' a la corrupción, 'No' a este régimen!", reza el texto de su último bocadillo en el cómic.
El reportero en viñetas se enfrenta a desafíos semejantes al
tradicional. Está el conseguir y verificar las fuentes, recopilar el
material de investigación y también uno de los quid de la cuestión
periodística, sufrir el calvario de la síntesis: "Es un enorme
esfuerzo. Resumir en cuatro páginas un episodio de una situación
tan rica y compleja". Creanza, consciente de que él no es "un
narrador profesional", prefirió abordar el conjunto de la
situación con múltiples focos, como si de un cuadernillo especial
de revista se tratara, en el que caben temas más amplios, el
seguimiento de cómo se gestó la revolución política y la brutal
represión contra ella, a más curiosos, como el himen de plástico,
el remedio para fingir la virginidad prematrimonial que se exige a la
mujer y que levantó una gran polvareda política y religiosa. Eso
sí, Creanza no deja nunca de romper una lanza por esta vía
alternativa para el reportero: "Un artículo es probable que, si
lo lees entero, solo lo leas una vez. Mientras que en un cómic
vuelves a las imágenes, descubres nuevos detalles que te invitan a
repasar otra vez la historia".
Cairo blues —así se titula tanto por una canción homónima del grupo Radiodervish como por el hecho de que el blues hunde sus raíces en África y es, como El Cairo, "triste y vital a un tiempo"— trata de contar hasta con su estilo, en el que otra vez aparece la humildad (y el sentido de la práctica) de Creanza. Sin carrera de Bellas Artes o experiencia profesional en el tebeo, el creador italiano se inventó su propia técnica: coger una fotografía, pasarla a un programa de retoque digital tipo Photoshop y comenzar a dibujar (digitalmente) sobre ella. "Es algo que le digo siempre a los jóvenes que no se animan porque no saben dibujar. No hace falta ser un artista, solo querer contar una historia".
Cairo blues —así se titula tanto por una canción homónima del grupo Radiodervish como por el hecho de que el blues hunde sus raíces en África y es, como El Cairo, "triste y vital a un tiempo"— trata de contar hasta con su estilo, en el que otra vez aparece la humildad (y el sentido de la práctica) de Creanza. Sin carrera de Bellas Artes o experiencia profesional en el tebeo, el creador italiano se inventó su propia técnica: coger una fotografía, pasarla a un programa de retoque digital tipo Photoshop y comenzar a dibujar (digitalmente) sobre ella. "Es algo que le digo siempre a los jóvenes que no se animan porque no saben dibujar. No hace falta ser un artista, solo querer contar una historia".
La viñeta de Moebius que fascinó a Pino Creanza, autor de 'Cairo Blues'.
El usar fotografías le permite al historietista escarbar en otra de sus obsesiones: el detallismo. "Amo el detalle. Sobre todo la arquitectura urbana de los paisajes.Trabajar sobre fotografía me lo da todo para que luego pueda decidir qué dejo fuera y qué dentro". Y así por las páginas de Cairo Blues se suceden espectaculares splash (cuando una viñeta ocupa la totalidad o gran parte del espacio de dibujo) en el que se puede sentir El Cairo en toda su extensión o en la más ínfima de sus porciones. Creanza, eso sí, reconoce que le debe mucho a un "padre" creativo. Ese genial doble artista que fue Jean Giraud Moebius. "Hay una viñeta de él que me obsesiona. Te muestra algo muy simple: una figura a caballo y un escenario urbano. Pero dibujado con una extrema minuciosidad. Y es eso precisamente lo que invita a demorarse, a reflexionar, a explicar una situación a partir solo de la imagen".
Pero Creanza no se olvida de que el cómic es un medio expresivo, abstracto, pictórico. El color, un sepia a medio camino entre el tono de las arenas del desierto y el gris del cemento urbano, se convierte a su aliado para transmitir no solo la realidad palpable del Cairo, sino también su espíritu: "El Cairo son contrastes: cálido pero polvoriento; vivaz pero inmemorial... Aunque muchos edificios son nuevos, su mantenimiento no es gran cosa. Los ángulos se inclinan, las fachadas se degradan y todo adquiere este tono entre el sepia y el gris".
Lo curioso en un autor tan volcado en reflejar el aquí y ahora en
su trabajo es cómo define el cómic, llegando a afirmar que su
esencia es "la poesía". Aunque de su obra no se atreve a
tacharla de lírica: "No, tanto como que estoy haciendo poesía,
no. Pero sí que me alejo en mi relato de la crónica pura e intento
insuflar a mis textos algo de mi subjetividad, de mis emociones,
sobre todo ante mi fascinación por El Cairo arquitectónico... A fin
de cuentas la poesía es transmitir el sentimiento de una vivencia".
Página 27 de Cairo blues: De fondo, la silueta de un barco
con su vela al tercio y su pareja de tripulantes. Sobre ella, un
poema. Título: El sol de sobretarde. Primeros versos: "El
sol postrero de la tarde/ Dora las hojas de las palmeras, oh Nilo./ Y
deja un reflejo de belleza soñada en tu piel".
EL
PERIÓDICO - Jueves, 17 de abril del 2014 CATALINA GAYà
Gente
corriente
Pino
Creanza: «Tomé fotos y apuntes porque lo necesitaba»
Cuando
era joven quería cambiar el mundo. Ahora aspira a comprenderlo
Acaba
de publicar su primer libro, 'Cairo Blues'.
Pino
Creanza llega a Barcelona para presentar su primer libro, Cairo
Blues, un cómic que tiene su origen en la curiosidad del ser
humano, en la necesidad de comprender la realidad. Lo han traducido
al árabe, al francés, al castellano y al inglés. Siempre,
editoriales pequeñas e independientes que apuestan por miradas
frescas y diferentes.
-Es
italiano, ingeniero de formación y en Cairo Blues explica el
contexto de la revolución egipcia.
-Fui
a Egipto para trabajar como ingeniero. Visitaba fábricas en la
periferia, pero en el tiempo libre visitaba El Cairo. Durante ese
viaje acumulé material sobre el urbanismo y sobre la vida de la
gente de los barrios. No estuve en Egipto cuando empezó el
movimiento en la plaza de Tahir. Lo viví como testigo indirecto.
-Sin
embargo, en la segunda parte del libro dibuja el anhelo de los
activistas.
-Pedí
permiso a periodistas, a blogueros egipcios y fotorreporteros para
utilizar su material. Me interesaba mostrar el contexto, una vida que
es parecida a la nuestra, y también retratar a esas mujeres y
hombres que, entre enero y febrero del 2011, tomaron las calles para
cambiar las cosas.
-¿Y
durante su viaje ya se intuía lo que pasaría luego?
-No.
Los egipcios hablaban de la corrupción y, claro, ese es el sustrato
de lo que ocurrió luego. La gente se quejaba de que se empezaban
proyectos faraónicos y de que no se invertía dinero en mejorar las
condiciones de vida de la ciudadanía. Se notaba el descontento. Le
pongo un ejemplo: decían que estaban rehaciendo el pavimento y que
eso lo hacían cada dos o tres años porque la fábrica de material
pertenecía a la familia de Mubarak. Hasta los emprendedores se
lamentaban de que el sistema económico estuviera controlado.
-Eso
lo explica en el libro. ¿Cómo se le ocurre visitar la Ciudad de los
Muertos, donde se hacinan los traperos?
-Sí.
Cuando fui a Egipto, conocí a italianos que trabajaban ahí y que no
conocían nada, no convivían con los egipcios y ninguno hablaba
árabe. Si yo hubiese vivido seis meses en El Cairo, habría
aprendido algo de árabe.
-Eso
es lo que le mueve para salir del circuito de lo establecido.
-No
sé. Me tocó y me fascinó la realidad. No puedo explicarle un
motivo concreto. Quizá porque de pequeño leí Las mil y una
noches. [Ríe] Supongo que soy curioso y que tengo un interés
político por el mundo. Cuando era joven quería cambiarlo; ahora,
como mínimo, quiero comprenderlo. La curiosidad te puede llevar a
descubrir cosas que ni las personas locales conocen.
-El
Nilómetro de Roda, que también aparece en Cairo Blues.
¿Imaginaba que su vivencia sería un libro?
-No.
Yo tomé fotos y apuntes porque lo necesitaba. Todo era tan nuevo y
tan intenso que necesitaba alargar la experiencia. Quería
documentarme y entender un poco mejor la realidad de lo que estaba
viendo. Egipto es un país tan lejano y, al mismo tiempo, tan
cercano...
-Ya
lo han traducido a cuatro idiomas.
-Empecé
a publicar las historias de Cairo Blues en una revista que
después cerró. Una asociación cultural me propuso que hiciera una
exposición en un festival del Mediterráneo, en Ancona. Luego, una
editorial en Italia me propuso que escribiera un libro. Por sorpresa,
Ricardo Zanini, de Ediciones del Oriente y del Mediterráneo, me
contactó y lo publicamos en España. Lo mismo me pasó con una una
pequeña editorial en Francia y con un editor libanés…
-¿Saldrá
en árabe?
-Ya
lo han editado, pero falta distribuirlo. Estamos preparando un
e-book en inglés. Al fin ha salido bien.
EL EGIPTO JAMÁS CONTADO
Alexandra Dumitrascu entrevista a Pino Creanza (Revista Atalayar. Entre dos orillas)
PRÓXIMAS PRESENTACIONES
Cairo blues en Valencia en la librería Dadá del MuVIM,
el Museu Valencià de la Il.lustració i de la Modernitat, en Madrid, en
Casa Árabe, y en el Istituto Italiano di Cultura de Barcelona
El próximo sábado, 5 de abril, en el Espai Mediterrani del MuVIM, y en colaboración con la Librería Dadá, que acoge una muestra de nuestro catálogo, con el título "De País de Arena a Cairo blues" presentaremos esta nuestra primera introducción en el mundo de la novela gráfica desde aquel lejano País de arena con que iniciamos nuestra andadura hace ya 25 años.
El lunes, 7 de abril, a las 19.00, presentaremos Cairo blues en Madrid, en Casa Árabe, en presencia del autor, Pino Creanza, de Bárbara Azaola y del realizador egipcio Basel Ramsis. Se hablará de novela gráfica, pero también de ese magistral relato que el autor hace de El Cairo durante los días de la revuelta contra Mubarak.
El martes, 8 de abril, a las 19.00, es el Istituto Italiano di Cultura de Barcelona el que acogerá un coloquio entre Riccardo Zanini, director de la colección azulejos, que se inicia precisamente con Cairo blues, y Pino Creanza, acompañados por sus editores.
BDS por Palestina se presenta
en el Espai Contrabandos de Barcelona [http://espaicontrabandos.wordpress.com/inici/] el 10 de abril, con la participación de Luz Gómez, coordinadora del libro y profesora de Estudios árabes (UAM), de David Fernàndez diputado de Candidatura d’Unitat Popular (CUT-AE) y Aitor Hernández Carr, profesor de Ciencias Políticas (UB).
Y en la librería Enclave de Libros, de Madrid [http://enclavedelibros.blogspot.com.es/], el 24 de abril a las 19.30, con la participación de Luz Gómez, coordinadora del Libro, Carlos Varea y Héctor Grad, todos ellos profesores de la Universidad Autónoma de Madrid.
En torno a este libro y a la campaña BDS de Boicot, Desinversiones y Sanciones
contra la ocupación ilegal de territorios y el apartheid hacia la
población palestina ejercidos por el Estado de Israel, tendrán lugar
diversos actos de los que podrá encontrarse información en nuestra
página de facebook o en la página de la campaña BDS http://boicotisrael.net/
La Asociación de Editores de Libro
Político Contrabandos ha querido sumar su voz a la de quienes han puesto
de manifiesto el error de la Feria Internacional del Libro (FIL) de
Guadalajara al nombrar a Israel país invitado de honor en 2013.
Sabido es que el Estado israelí,
contraviniendo la legislación internacional, mantiene en una situación
de bloqueo absoluto a la población de Gaza, no cesa de construir
colonias y muros de separación en los Territorios Ocupados y mantiene a
cientos de palestinos, incluso niños, en sus cárceles, sin las debidas
garantías jurídicas.
Palestina vive
quiere sumarse a las iniciativas que ha habido en México para denunciar
la ausencia de la producción intelectual palestina en la FIL y recordar
que el activismo internacional por Palestina es un instrumento
fundamental para desenmascarar la lógica perversa de la
ocupación-normalización.
El libro puede descargarse en formato e-book en Contrabandos y consultarse, con noticias y artículos sobre Palestina, en el blog Palestina vive
LA NORMALIZACIÓN ES MÁS OCUPACIÓN
La
Ocupación israelí de Palestina tiene un aliado estratégico en las
políticas de normalización cuidadosamente diseñadas por el Gobierno de
Israel. La normalización pretende borrar la historia, el derecho
internacional y la noción misma de justicia para consumar a nivel
internacional el estado de cosas interno: Israel es la sola realidad, y
los palestinos, si acaso, un apéndice molesto, y con fecha de caducidad.
La voracidad de los colonos y la creciente agresividad del apartheid
se encargarán de ello. De legislar para que así sea ya se ocupa el
Gobierno, el actual, el anterior y el que venga. Tal es la lógica
israelí: cuestión de tiempo y Palestina será una palabra proscrita. Ya
alertaba de ello Mahmud Darwish, que no sin sorna corregía al que le
llamaba “poeta palestino”, y se reclamaba “poeta de Palestina”.
En
el terreno de la cultura, uno de los últimos episodios de esta
normalización impune es la Feria Internacional del Libro que se celebra
en Guadalajara (México) del 30 de noviembre al 8 de diciembre de 2013.
Se trata del mayor evento económico y promocional del mercado editorial
en lengua española, y uno de los mejores escaparates de la cultura
iberoamericana. El país invitado de honor en esta ocasión ha sido
Israel, al que, según reza la información oficial, se le franquean las
puertas para que muestre lo mejor de su producción intelectual de la
mano de sus escritores, editores, investigadores y artistas. Ni una
mención a Palestina, por supuesto, pero ni una sola referencia tampoco a
los palestinos, ni a los del Interior, el 20 % de la población israelí,
ni mucho menos a los que viven bajo el régimen de Ocupación en
Cisjordania, Jerusalén Este o Gaza. Porque es sabido que la “marca
Israel” presenta la cultura y la democracia israelíes como un oasis de
civilidad en medio de la barbarie oriental. Palestina vive
quiere sumarse a las iniciativas que ha habido en México para denunciar
esta ausencia de la producción intelectual palestina en la FIL. Quiere
con ello recordar que el activismo internacional por Palestina es un
instrumento fundamental para desenmascarar la lógica perversa de la
ocupación-normalización. Los testimonios de Rachel Corrie y Vittorio
Arrigoni recogidos en estas páginas son, por desgracia, tan actuales
como su propia lucha.
Pero además, y sobre todo, Palestina vive quiere
mostrar cómo dentro de la sociedad palestina la lucha contra la
Ocupación y por la consecución de una resolución justa del conflicto
viene desarrollando su propia dinámica intelectual y cultural. El año
2005 supuso un importante punto de inflexión. Fue entonces cuando más de
un centenar de asociaciones cívicas, sindicatos y grupos palestinos de
diversas tendencias lanzaron la campaña Boicot, Desinversión y Sanciones
(BDS) para canalizar la presión interior y exterior contra Israel,
siguiendo el modelo de la campaña internacional contra el régimen
segregacionista de Sudáfrica. El BDS ya está teniendo sus consecuencias
en el ámbito sindical, empresarial, académico y cultural europeo,
también en España. A su vez, a nivel interno palestino, es notorio cómo
la campaña del BDS ha facilitado la incorporación a la lucha contra la
Ocupación de sectores de la sociedad tradicionalmente marginados. Haneen
Maikei, en una certera entrevista que reproducimos, da cuenta de cómo
se ha producido esta evolución entre los grupos LGBT, lo cual refleja la
vitalidad de los debates políticos e intelectuales palestinos en
marcha. Igualmente vibrante es la cuestión de la futura configuración
estatal, que Edward Said replanteó en 1999 con su reflexión sobre la
necesidad de actualizar la idea binacional. Hoy, bien muerto y enterrado
Oslo, el Estado binacional concita el interés tanto de los palestinos
israelíes como de la diáspora, aunque suscita más dudas entre quienes
viven día a día la Ocupación y cifran en la solución de los dos Estados
su futuro. Todo ello está cambiando, y Mustaphá Barghouthi así lo
discute con Eric Hazan en el diálogo aquí recogido.
Por último, y no con menor interés, Palestina vive
también quiere asomarse a la creación literaria palestina. Los autores
que se recogen en esta selección hablan de la injusticia, de la guerra,
del absurdo y de las formas de resistir y elevarse. Hablan de Palestina,
y ya se sabe que sólo existe lo que se nombra.
Luz Gómez García
PRESENTACIÓN DE CUENTA, PAJARITO, CUENTA EN MADRID Y VALLADOLID
El
próximo lunes, 4 de noviembre, a las 19.30, tendrá lugar, en presencia
del autor, la presentación de Cuenta, pajarito, cuenta en Madrid, y el
miércoles, 6 de noviembre, a las 12.00 del mediodía, en la Universidad de Valladolid,
en el Aula Triste del Palacio de Santa Cruz de esa ciudad.

El profesor Sharif Kanaana firma en el Libro de honor del Rectorado de la Universidad de Valladolid.
El profesor Sharif Kanaana, en compañía del Rector de la Universidad de Valladolid y de su traductora, Pilar Salamanca, al concluir la conferencia de presentación de Cuenta, pajarito, cuenta.
Artículo que glosa la figura y la obra de Sharif Kanaana y el acto de presentación en el Aula Triste.
Vídeo con un resumen del acto de presentación de Cuenta, pajarito, cuenta en el Aula Triste del Palacio de Santa Cruz de Valladolid, en el que intervinieron el Rector de la Universidad, Marcos Sacristán, la decana de la Facultad de Filosofía y Letras, Milagros Alario, Fernando García Burillo, en nombre de la editorial, Pilar Salamanca, escritora y traductora, en unión de Najati Jabary, del libro, y el propio Sharif Kanaana.
Sharif Kanaana, el embajador de la Legación de Palestina en España y el traductor de Cuenta, pajarito, cuenta ——junto con su esposa Pilar Salamanca, que no pudo asistir——, Najati Jabary, durante la apertura del acto de presentación del libro por el consejero de cultura, Rauf Al-Malki.
Presentación de La novia de Aquiles, de Alki Zei, en Madrid
La presentación de La novia de Aquiles se convirtió en un emotivo y caluroso acto en el que el numeroso público siguió con gran interés la conversación que Leandro García mantuvo con Alki Zei, cuyas palabras fueron espléndidamente interpretadas para los asistentes por sus traductores Pedro Guil y Coralia Pose.
El próximo 2 de octubre, miércoles, a las 19.30, presentaremos La novia de Aquiles en la sala María Zambrano del Círculo de Bellas Artes de Madrid, en presencia de Alki Zei, una de las figuras más representativas de la literatura griega contemporánea.
Si queréis escuchar la calurosa recomendación de la lectura del libro que hace Iñaki Urdanibia:
Si queréis escuchar algunos fragmentos de La novia de Aquiles en la voz de Montse Soto, emitidos en el programa Mediterráneo, de Radio 3, el pasado 6 de octubre:
El programa El Ojo Crítico, de Radio Nacional, se hizo eco el pasado 1 de noviembre de la publicación de La Novia de Aquiles (a partir del minuto 18 de la grabación)
Luis Zaragoza comenta la obra y entrevista a Alki Zei
El escritor egipcio Sonallah Ibrahim, uno de los novelistas más importantes en lengua árabe y activo participante en las manifestaciones y acciones ciudadanas que acabaron con el régimen de Mubarak, estuvo en Madrid para la presentación de su novela A escondidas en Casa Árabe y acudió también a la Feria del Libro.
INTERESANTE CRÍTICA DE JOSÉ CRUZ CABRERIZO
EN LA REVISTA DIGITAL NARRATIVAS
DE LA NOVELA A ESCONDIDAS
DE SONALLAH IBRAHIM
PRESENTACIONES DURANTE LA FERIA DEL LIBRO DE MADRID
El jueves, 13 de junio, tuvo lugar en Madrid la presentación de dos novedades:
Próximo título de la colección Disenso:
libro escrito a dos manos por Stéphane Hessel —el superviviente de los campos nazis— y Elias Sanbar —el exiliado que, con apenas un año, hubo de abandonar su Haifa natal—.
Ha muerto Stéphane Hessel, un hombre coherente con sus principios y que, ya al filo del final de su vida, con su libro Indignaos se convirtió en portavoz y expresión del descontento de amplias capas de la sociedad frente a un capitalismo salvaje que, con la complicidad de los gobiernos, iba destruyendo una tras otra las conquistas sociales que, con enormes sacrificios, habían permitido construir sociedades más igualitarias, más democráticas y más justas.
Participó en la Resistencia francesa, fue detenido y torturado por los nazis y estuvo preso en los campos de Buchenwald y Dora-Mittelbau. Tras la derrota de las potencias fascistas, participó en la redacción de la Declaración Universal de Derechos Humanos aprobada por la ONU en diciembre de 1948.
Su profundo humanismo y sentido de la justicia le llevó últimamente a participar en el Tribunal Russell sobre Palestina. Sus posiciones sobre el llamado conflicto palestino-israelí fueron evolucionando desde su inicial compromiso con la creación del Estado de Israel, que vio entonces como una justa compensación a los sufrimientos del pueblo judío durante la Segunda Guerra Mundial, hasta su toma de conciencia de la injusta expulsión del pueblo palestino de las tierras que habían trabajado durante generaciones, del hacinamiento en que viven los desplazados de 1948 en campos de refugiados y del continuado saqueo del territorio y los recursos palestinos a manos de la fuerza ocupante como consecuencia de la falta de reconocimiento de un Estado palestino.
Quizá su último libro fuera El superviviente y el exiliado, en el que conversan Hessel, el superviviente de los campos de exterminio, y Elias Sanbar, el exiliado que con apenas 14 meses tuvo que abandonar su hogar en la ciudad de Haifa ante el avance de las tropas israelíes.
CONTRABANDOS
surge de la unión de distintos proyectos editoriales independientes de
libros críticos y políticos. Nos unimos para trabajar juntos, apoyarnos
mutuamente y amplificar debates e ideas clave.
Os animamos a seguir nuestra web y nuestras iniciativas.Conversación en el Centro de Cultura Contemporánea de Barcelona entre Margarida Castells y Salvador Peña sobre la traducción de As-siratan, del escritor kurdo Salim Barakat, al catalán por Dolors Cinca y al castellano por Salvador Peña, el martes 5 de marzo a las 19.00.
Conversa al Centre de Cultura Contemporània de Barcelona a càrrec de Margarida Castells i Salvador Peña sobre la traducció d'As-siratan, de l'escriptor kurd Salim Barakat, en català per Dolors Cinca i al castellà per Salvador Peña, el dia 5 de març a les 19 h.
PRESENTACIÓN DE LA IDENTIDAD ERRANTE,
DE GILAD ATZMON,
EN VALENCIA Y MADRID
Los conciertos y la presentación de La identidad errante tuvieron lugar con una importante afluencia de público, que vibró con la música y las palabras de Gilad Atzmon, espléndidamente acompañado en los conciertos por Yaron Stavi y Carlos González y, durante la presentación de su libro, por Javier Gallego, que ejerció de presentador y entrevistador, y Pablo Carbajosa, que ejerció de intérprete. A continuación os incluimos algunas imágenes cedidas por Nacho Prieto.
Ya están a la venta las entradas para los conciertos
de Gilad Atzmon en Madrid:
el miércoles, 31 de octubre y el jueves 1 de noviembre, a las 22.30 en Bogui Jazz,
Gilad
Atzmon (saxos y clarinete), Yaron Stavi (contrabajo) y Carlos González
—Sir Charles— (batería)
ofrecerán un concierto con motivo de la
presentación en Madrid
de La identidad errante, el último libro de este polifacético autor.
La presentación, una entrevista en "Carne Cruda", entre el autor y Javier Gallego,
tendrá lugar en la misma sala a las 21.00 del miércoles (entrada libre hasta completar aforo).
Entradas en: ticketeaY en Valencia, presentación en la librería Cosecha Roja (C/Sevilla, 20), a las seis de la tarde, y concierto en el club Jimmy Glass (C/Baja, 28; Barrio del Carmen), de 10 a 12 de la noche, el martes 30 de octubre, en el marco del II Festival Internacional de Jazz Contemporáneo
OTOÑO 2012
Novedades
MAYO 2012
Feria del libro de Madrid
Nace Contrabandos, asociación independiente de editores de libro político
Este proyecto ha reunido los catálogos y los esfuerzos de una
decena de editoriales independientes centradas -dentro de una gran
diversidad- en promover textos y materiales con una fuerte carga
política y social. Describir lo que nos une no es tarea fácil, pero un
simple vistazo a la presentación conjunta de nuestros libros ofrece una
imagen de cierta coherencia; son libros que se hablan, que discuten
entre sí, que crean diálogo. Y sobre todo, que no renuncian ninguno a
seguir incidiendo de lleno en la continua construcción, reproducción y
reinvención del mundo.
Sin embargo, rara vez encontraremos juntos todos nuestros libros en
los mejores espacios de las grandes librerías, o en las páginas de las
publicaciones culturales más leídas. Su disonancia es a menudo demasiado
fuerte. Algunos parecen sacados de otros lugares o de otros tiempos. El
contrabando es así, hoy por hoy, una noción no muy alejada de cómo
circulan nuestros libros. Dentro de esa escasa circulación caben, por
supuesto, errores propios. Pero estamos también perfectamente de acuerdo
con que “los momentos reaccionarios de la Historia son aquéllos en
los cuales los proyectos de historicidad no son plausibles, ni
verosímiles, ni aparecen conectados con el sentido común. En que la idea
misma de transformación toma la firma de un sueño imposible de unos
ilusos desconectados de la realidad, minoritarios y arcaicos” (Tomás Moulian).
Llamadnos entonces minoritarios, arcaicos, ilusos. Nosotros seguimos.
Y seguiremos. Aquí están nuestros libros. Como lo han estado en nuestro
puesto ambulantes y pueden aparecer en cualquier momento en un mercado,
un bar, las calles y las azoteas. No nos cansaremos de llamar a todas
las puertas para que sean leídos, y de convocar ferias, fiestas para
este libro político en tiempo de dictadura del mercado. Porque no solo
no nos resignamos, sino que construiremos tiempos y espacios donde
nuestras alternativas quepan tanto como triunfen.
(de la Declaración Programática de Contrabandos)
Magnífico artículo sobre la literatura siria en el blog en catalán de Jordi Sanz Vilardell:
MAYO 2012
Feria del libro de Madrid
Querid@s amig@s
La librería Enclave de Libros y ediciones del oriente y del mediterráneo os invitamos el próximo jueves día 3 de mayo a las siete y media de la tarde a un encuentro-debate en torno al libro INFORME SOBRE LAS REVUELTAS ÁRABES, edición de Ignacio Gutiérrez de Terán e Ignacio Álvarez-Ossorio
Para ello contaremos con la presencia de Ignacio Gutiérrez de Terán, profesor
titular de Estudios Árabes e Islámicos de la Universidad Autónoma de
Madrid, autor de varios libros y ártículos en árabe y en español sobre
la situación política en el mundo árabe y los procesos de transformación
democrática en la región de Oriente Medio y la Península Árabe, y Naomí Ramírez,
investigadora de la UAM, que está realizando su tesis sobre los
movimientos islamistas en Siria y su relación con la situación
geopolítica en la región de Oriente Medio, a la par que mantiene un blog
de referencia sobre ese país, en el que
"encontramos
análisis de la situación, opiniones fundamentadas en un conocimiento de
lo que sucede sobre el terreno y testimonios o textos escritos por los
propios protagonistas de la revolución. Por tanto no se pretende
elaborar una página de noticias, sino que, desde la dimensión más humana
y personal de lo que en Siria acontece, se quiere hacer llegar la
revolución a través de fuentes en su lengua original, la lengua árabe". Traducciones de la revolución siria

Como todos los años por estas fechas nuestros libros se van de ferias...
Del jueves 26 de abril al domingo 6 de mayo los podréis encontrar en la Fira del Llibre de Valencia, en la caseta 79/80 de SIDECAR-Libros sobre ruedas, al cuidado de Heide Braun
Del jueves 26 de abril al domingo 6 de mayo los podréis encontrar en la Fira del Llibre de Valencia, en la caseta 79/80 de SIDECAR-Libros sobre ruedas, al cuidado de Heide Braun
Lectura de poemas en la Residencia de Estudiantes de Madrid y presentación del libro
Tres poetas franceses del siglo XXI en el Círculo de Bellas Artes
Tres poetas franceses del siglo XXI en el Círculo de Bellas Artes
El miércoles 18 de abril pudimos disfrutar de la pausada y seductora voz de Bernard Noël recitando una selección de sus poemas
en la Residencia de Estudiantes, entre ellos, secuencia 6, de "Camino de tinta", dedicado a Antonio Gamoneda
en la Residencia de Estudiantes, entre ellos, secuencia 6, de "Camino de tinta", dedicado a Antonio Gamoneda
secuencia 6
a Antonio Gamoneda
1
y ahora el que habla ha cerrado la puerta al futuro
pobre dice lo he sido y lo seré toda mi vida
el mundo tal como va se detiene un momento al borde de lo que oculta
la esperanza desde siempre es la lengua putrefacta de lo aceptable
su vieja descomposición de repente llenó la garganta de hedor
no hay excusa al complacerse en el abandono
todo lo favorece sin embargo desde la moral y la ley hasta la justicia
se tiene esta impresión luego viene la mirada loca del que ha visto la muerte
se busca entonces en torno a uno la vida de debajo de la vida
cuando el mundo era algo más joven bastaba levantar el puño
el futuro al punto cantaba al límite de la noble ilusión
todos temen desde ahora perder lo que han perdido ya
mientras que en cada uno el deseo de la seguridad prevalece
una soledad hambrienta de lo mismo que la hace devorante
del nexo social donde su desgracia podía lograr el único reposo
los vivos a diferencia de los muertos son incapaces de revivir
el serrín de su conciencia llena de polvo en ellos todo pensamiento
2
y ahora quién desde allá lejos recuerda haberse acordado
cuando privados de nuestros cuerpos tenemos como último bien un gran demasiado tarde
que desde este hoy en que el tiempo abandonó de pronto su viejo camino
mientras el mal cambiaba a la vez de carril y de naturaleza
todo un engañarse a sí mismo recogido para extraviar
y fue entonces como una cascada de olvido vertiendo en la memoria
acababan de arrancar no los ojos sino en los ojos la reflexión
mientras colgada de los garabatos de los medios de comunicación la cultura agonizaba
no había ya lengua en las bocas y allá en lo alto la vulgaridad
se pavoneaba creyendo probar de este modo su legitimidad
no alardea acaso el asesino agitando el cuchillo
pero cómo denunciar el arma secreta e invisible de la mentira
todo se experimenta en el movimiento de nuestras sílabas y en cambio nada dice
qué heridas manan de allí sobre todo cuando llega el tiempo de un hoy
un tiempo en el que toda frase es manida para que se deteriore en la cabeza
el lugar donde consonantes y vocales se unen para el acto de pensar
atraillando entre saliva y dientes huecos la voluntad de resistir
3
y ahora que el sin-sentido hace la ley que significa la resistencia
cuando los pobres son cada vez más pobres y los ricos cada vez más ricos
la poesía busca a tientas entre sus viejos temas luego echa los bofes para nada
lo que fueron tierras prometidas no es ya sino paraísos perdidos
tal vez salgamos ganando si uno se planta en medio del presente
para desafiar su propia desesperación a golpe de bocanadas de silencio
se sabe que es necesario embriagarse de ceniza luego mascar la sombra hasta el final
cada día tragar la cosa amarga descubriendo que de nada sirven
rebelión ni cólera ni uno ni otro de los arranques a contra época
hay que inventar en el fondo de la noche la supervivencia de la vida
escupir en el aire un resto de rencor preparándose para el terror
nadie sabe por cuanto tiempo el futuro está detrás de nosotros
el presente desde ahora no sabe ir más allá de lo inmediato
cada uno toca en este extremo el borde de una condena
acaso al exilio al campo de retención a la fosa común
y nosotros estamos en pie bajo la amenaza que sirve de nuevo cielo
se olvida el azur bajo el cielo y el placer de respirar
4
y ahora para no ceder nada hay que enunciar hasta el hastío
decir los golpes la humillación lo arbitrario y la brutalidad
la cabeza corrupta que quiere todo el país a su servicio
que la igualdad sea solo una quimera y la intimidad mutilada
la poesía se mira los pies para hallar la bajeza justa
la abyección no viene de abajo debido al orden nace el lodo
se desnaturaliza la naturaleza y se atoran los organismos
el servilismo está siempre dispuesto a más servidumbre
qué hacer a contra humanidad para levantar la especie
cuando la especulación no tiene más función que bendecir la estafa
el aire está lleno de esputos de suerte que hay que lavar la vista para ver
pero quién quiere ver las huellas del desprecio babear aún sobre su rostro
el odio es el único modo de enjuagar los ojos y el cerebro
es necesario que la apertura de la boca vaya allá lejos hasta la sombra
y que un desgarramiento entre sanies y excrementos haga la limpieza
estrépito por todas partes cólera extrema y nada de auxilios un grito por fin
cague de pronto hacia lo alto el muermo de las imágenes y los discursos
5
y ahora el que necesita palabras sólo tiene cadáveres ante sí
la putrefacción del vocabulario ha invadido el aliento
cómo hablar de resistencia con toda este putridez en boca
no sabemos ya si el pensamiento es en nosotros pensamiento por sí mismo
o si algún virus agita en nosotros su perfecto simulacro
cuando lo virtual es más fuerte que la realidad todo finge
la ilusión ha vencido en el debate del ser y el parecer
lo durable ha perdido su valor en provecho de la mercancía
la revolución estaría de moda si fuera vendible
el presente traga a la vez el futuro y el pasado
además qué es el tiempo si es igual al consumo
el valor del disfrute es menos preciado que la velocidad del desgaste
o la necesidad sin cesar acelerada del cambio
se espera la misma seguridad del banco y de la comisaría
con la esperanza al fin de una plusvalía de la propia vida sobre la vida
el sentido gira en redondo en el retroceso de los deseos humanistas
la mirada cae en el fondo del fondo bajo el peso de la basta necedad
6
y ahora lanzas a la izquierda tu cólera y la angustia se inicia
alguien ahí busca en ti el sentido de su triste fatiga
no hay ideales y tampoco un fin el único deseo de acabar con ello
pues el mundo siendo el mundo su movimiento lo lleva hacia lo bajo
hacia el lugar exacto donde lo humano perece en su caricatura
para qué querer soliviantar la inclinación a la servidumbre
la historia añade todo su peso a esta vieja inclinación
por qué la hallamos desde el origen con la afición a los sacerdotes
y a los reyes por todas partes el mismo insaciable apetito de sumisión
y aquí y allá para el poema y la leyenda algunas revoluciones
pero para qué formular sin esperanza alguna ese tipo de evidencia
la suerte está echada y ahora no es más que la continuación de siempre
por qué machacar aún lo que el papel mejor haría en vomitar
la mano debería arrancar una a una las letras y plantar silencio
la muerte podría así llegar lentamente a nuestra espalda
y la nuca quebrada se inclinaría por fin por un buen motivo
el adiós definitivo a la pequeña comedia humana
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y ahora un poco de ira brama aún acaso en la cabeza o en el corazón
el verso se ha recostado para darse el tiempo de pensar su susurro
pero he aquí que ya duda en medio de un acceso de angustia
qué pasa nada nuevo pues por todas partes el mismo desastre
es la guerra y clase contra clase avanza sin declaración
solo una mirada un desafío un gesto de cólera y la boca farfulla
llena de palabras que lanzadas una a una nada cambian en el horizonte
a falta de mañanas se tiene indigestiones de presente
cada acción carece de aliento o de ese no sé qué de esperanza
esa moneda de la ilusión que gastábamos riéndonos de nosotros mismos
desde ahora lo que fue político no es más que pobre publicidad
no sabemos que de este modo la naturaleza ha cambiado de naturaleza y lo humano
de humanidad pero acaso hemos sabido alguna vez quién y por qué
quién decidía el contenido y si el contenido era relativo o pleno
el asco es actualmente el último valor imposible de tarifar
tanto peor para el futuro vomitado previamente a la vez que yo
que nosotros que vosotros que todos los consumidores de la nada actual
Una vez finalizado el acto,
muchas de las personas que habían acompañado al poeta en su lectura, se
acercaron para que les firmase el cuadernillo que para la ocasión había
editado la Residencia.
Al día siguiente, con ocasión de la presentación de la antología
Tres poetas franceses del siglo XXI. Bernard Noël, Zéno Bianu, Jean-Yves Masson, fue
en el Círculo de Bellas Artes donde se produjo el encantamiento: era
difícil saber si la voz de Bernard Noël se transformaba en poesía o la
poesía en voz, acompañado esa tarde por Amalia Iglesias -poeta y crítica
literaria- y Clara Janés, poeta, editora y traductora de la antología.
Amalia glosó la trayectoria poética y la poesía del poeta y su
traductora, y Clara nos relató cómo se fue gestando, al hilo de una
casualidad continuada, la idea de reunir en un mismo volumen a estos
tres autores.
La
lectura -bilingüe- de los poemas, vino precedida de un breve texto
escrito por Bernard Noël sobre la función del poeta en estos tiempos de
vacuidad, que ofrecemos a continuación:
La función del poeta
Sin duda es preferible partir del hecho de que nuestra sociedad no asigna ninguna función a la poesía y que, por lo general, hace caso omiso de ella. En consecuencia, la poesía debe fortalecerse con lo que la niega y extraer de esa negación un nuevo aliento. Por lo demás, ¿por qué se la rechaza de este modo? Porque no pertenece al universo mediático, sus modas y su futilidad. La razón de su exclusión es simple: la poesía no puede hablar el lenguaje simplificador del consumo sin perder con ello su naturaleza, y no puede leerse sin contradecir la pasividad que engendra esa simplificación. Siendo así, hacer acto de poesía es hoy en día hacer acto de resistencia al envilecimiento de la interioridad por unos estereotipos que, so pretexto de democracia (en realidad, de populismo), esterilizan la emoción y la imaginación al tiempo que privan de sentido al pensamiento. Un producto concebido para todos es por fuerza un producto insignificante, según los criterios del consumo. Así pues, la poesía es de entrada inconsumible porque, como el amor, necesita un esfuerzo de atención para que el compartir se produzca. Su significado está en la calidad que aporta al lenguaje y, a través de él, a la relación humana...
Traducción de IJM
El poeta Bernard Noël estará en Madrid los días 18 y 19 de abril
Con motivo de la publicación de la antología Tres poetas franceses del siglo XXI,
Bernard Noël recitará sus poemas el día 18 de abril en la Residencia de
Estudiantes de Madrid y, el 19, presentará el libro en el Círculo de
Bellas Artes, acompañado de Amalia Iglesias y Clara Janés. FEBRER0 2012
Los medios de comunicación se hacen eco del Informe sobre las revueltas árabes
Varios medios de comunicación escrita -Gara, ABC, 20Minutos, Yo dona- se han hecho eco de nuestro
Informe sobre las revueltas árabe.
También la radio se ha
interesado: el 25 de enero, aniversario del comienzo de la revuelta
egipcia, Ignacio Álvarez-Ossorio estuvo invitado en el programa de RNE1,
"En días como hoy", que dirige Juan Ramón Lucas:
El programa "Travesías", de Radio Exterior de
España entrevistará a Ignacio Gutiérrez de Terán (fecha por determinar),
y Mohamed Chakor lo invitará a su espacio "Islam hoy" de la 2 de
televisión española. La entrevista se difundirá los domingos 26 de
febrero y 4 de marzo. Programa del 26 de febrero.
Tras las presentaciones en Madrid el 16 de diciembre en La Bóveda y el 19 de enero en Casa Árabe, el día 16 de febrero, el IPES Elkartea
organiza, en Pamplona dos actos en torno al libro. Por la mañana, a las
11:15 h, degustando un café, se presentará en la librería Auzolan (C/
Tudela, 16) y, por la tarde, a las 20:00 h, en el auditorio Civican
(Avda. Pío XII) , tendrá lugar una charla coloquio, en la que
intervendrá Ignacio Álvarez-Ossorio.
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