Una mirada abierta a otros horizontes: narrativa, poesía, ensayo, novela gráfica... Un puente entre Oriente y Occidente, entre Norte y Sur: Afganistán, Afroamérica, Argelia, Checoslovaquia, China, Grecia, India, Irán, Italia, Francia, Japón, Marruecos, Mauritania, Rumanía, Rusia, Sahara, Túnez, Turquía...
El pasado día 29 de noviembre, coincidiendo
con el Día Internacional de Solidaridad con el Pueblo Palestino
instituido por la ONU en 1977, en el marco de la Semana de Palestina
organizada por Casa Árabe de Madrid, tuvo lugar la Presentación
de «Las cocinas de Gaza. Un viaje culinario por Palestina», con la
participación de Raquel Martí, directora de UNRWA en España, Sylvia
Ourdia Oussedik, directora de la colección Sabores del Oriente y del
Mediterráneo, y las autoras Maggie Schmitt y Layla El-Haddad (esta
última por videoconferencia desde Washington), todas ellas presentadas,
en nombre de casa Árabe, por Karim Hauser.
LAS COCINAS DE GAZA es mucho más que un libro de cocina, es también una
aproximación a los habitantes de la Franja de Gaza, a su sociedad, a sus
dificultades, a su lucha por la supervivencia y a su cultura. Añadimos a
continuación un texto extraído del libro y el enlace al vídeo de la
Presentación en Casa Árabe.
NA’EMA Y LA REVOLUCIÓN DE LAS HUERTAS DE LOS PATIOS
La nueva oleada de aficionados a hacer
queso artesano y hortelanos de balcón y azotea quizá se sorprenderían
si descubrieran hasta que punto coinciden con la población de Gaza.
Por toda Gaza, las familias están
resucitando los viejos métodos de cultivo, de cocina y de conservación
de la comida para sobrevivir a las restricciones impuestas por el asedio
y los constantes cortes de luz. Enfrentados a un paro masivo como
consecuencia del cierre de las fronteras y de la aniquilación del tejido
productivo, los gazatíes se han volcado en masa en la agricultura a
pequeña escala: en parcelas de tierra, si tienen acceso a ellas; en las
azoteas y los balcones, si no tienen tierra.
Palomares y jaulas de conejos florecen
en las azoteas de la ciudad. Los cortes de electricidad hacen que la
refrigeración no esté asegurada, lo que conduce a un redescubrimiento de
las viejas técnicas de conservación: proliferan los encurtidos y las
compotas, y se pueden ver rejillas de secado en muchos patios traseros.
Como a veces no se puede usar el gas para los hornos y los fuegos,
muchas cocineras preguntan a sus abuelas cómo se encienden los hornos de
arcilla, que se habían dejado de lado durante una generación. Esta obligada autosuficiencia no se hace
notar únicamente entre la gente corriente que trata de salir adelante;
incluso el gobierno está respondiendo con planes estratégicos para
reciclar a gran escala las aguas residuales y para promocionar una
agricultura autóctona aprovechando las aguas pluviales.
No es una idea nueva. Durante la
Primera Intifada, en la década de 1980, la palabra clave de la política y
la vida cotidiana palestina era sumud, tenacidad. En la estela de la
swadeshi de Gandhi, era un impulso político coordinado, asumido con
entusiasmo por las organizaciones de base, para alcanzar la
autosuficiencia y dar pasos hacia la independencia económica, social y
psicológica de Israel.
Israel en aquel momento respondió
incentivando los cultivos para la exportación y reclutando masivamente
trabajadores para la agricultura israelí, con el resultado de que muchos
de ellos abandonaran sus pequeñas explotaciones en Gaza a cambio de un
trabajo asalariado mejor remunerado.
Una generación más tarde, con las
fronteras cerradas, los jóvenes vuelven a cultivar la tierra como último
recurso, recurriendo para ello al conocimiento agrícola de sus mayores.
Las cocinas de Gaza ha sido también objeto de atención de la emisión en árabe
de Radio Exterior de España. Podéis seguir aquí la emisión.
Y del programa Uhintifada de hala bedi. Podéis seguir aquí la emisión.
No hay comentarios:
Publicar un comentario