EL TIEMPO DE LA DIVERSIDAD
Cada vez que intento escribir, aparece Gaza con su jeta
rebelde…Y alza los dedos en señal de victoria
Neama Hassan
En Palestina, la poesía no es un adorno, una baratija de quita y pon. En su historia reciente, la poesía ha gozado de un singular poder de transformación social y cultural. Precisamente por ello, por su exitosa tradición, el genocidio de Gaza la ha situado ante su prueba más terrible desde la Nakba. La poesía hoy en Palestina tiene que cumplir en un contexto en el que nada cumple, pues la justicia ha fracasado por completo. [...]
NUEVAS POETAS PALESTINAS
La poesía en Palestina es una realidad material e inmaterial, personal y colectiva, a la que difícilmente puede hallársele rival literario o artístico. La historia reciente de Palestina explica este raro estatuto, en la medida en que los versos de sus poetas han sido, desde la Nakba inicial, una herramienta fundamental para luchar contra la desposesión del pueblo palestino a manos de Israel. En esta misión de denuncia de la injusticia, concienciación de la necesidad de resistir y canto a la tierra, sobresalieron desde temprano las voces de varias poetas, en especial la de Fadwa Tuqan (1917-2003), referencia indiscutible para los «poetas palestinos de resistencia», y, a partir de 1967, la de Salma Khadra Jayyusi (1925-2023) y la de Mayy Sayig (1941-2023). Todas plantearon el paso de lo íntimo a lo público, algo que sigue preocupando a las poetas actuales.
Con el comienzo del siglo xxi, el número de poetas palestinas, de diversa procedencia y singularidad, ha crecido de manera cuando menos sorprendente. En esta selección, por mera funcionalidad, se ha atendido a la obra de poetas nacidas después de 1977, el año de nacimiento de la ya mencionada Ghada Shafii. Son todas ellas, por así decir, poetas «posintifada».
Estas poetas critican la caracterización del ser palestino como un ser encerrado en un conflicto, que solo puede ser víctima o miliciano. O dicho en términos más actuales: cuestionan performativamente qué sea la identidad palestina, o la identidad misma. En este orden de cosas, resulta singular que el conflicto de género quede en segundo plano, lo cual no significa que desaparezca.
Unos meses antes del 7 de octubre de 2023, Rola Sirhán (n. 1978), crítica literaria y poeta, se preguntaba sobre las consecuencias del desmesurado peso de la lucha y la resistencia en la cultura palestina. En su opinión, imperaba una lógica intelectual caduca: la «cultura del fusil y los fedayines» había fracasado a efectos emancipatorios, los que debe perseguir toda auténtica cultura. Había llegado, según ella, el momento de preguntarse qué cultura querían los palestinos de las nuevas generaciones.
La poesía escrita por mujeres ofrece algunas respuestas. Una sería cierto romanticismo desengañado, del que se saca genio y grito: «Somos las que inculcaron a la tierra / el gusto por la sangre. / Somos las culpables», dice un poema de Jumana Mustafa. Otra, la reformulación del sujeto poemático de mujer, que puede ser una prisionera en una cárcel de Israel, como en el poema de Dareen Tatur, o una «prisionera» en Gaza, como en los de Hind Joudah. Son poetas de la situación, de la circunstancia; poetas fuertemente emplazadas. La ironía, ácida, que en algunos casos llega al sarcasmo, atraviesa buena parte de esta producción, en una herramienta de sanación o de simple supervivencia: Mona Musaddar habla de la huella dactilar que dejan unas uñas pintadas al cavar una tumba; para Asmaa Azaizeh la historia es un perro encadenado a un árbol.
El genocidio de Gaza, la limpieza étnica de Cisjordania, el apartheid en Israel, el olvido de los refugiados de los campamentos del Líbano, Siria y Jordania, la diáspora cronificada, marcan el presente palestino. Los motivos para la esperanza son escasos, casi inexistentes, y aun así la poesía palestina no se detiene. Hay en ella espacio para el poema en prosa, en verso libre, con pie métrico: las palestinas, que siempre han rehusado ser buenas víctimas, tampoco se someten a la apisonadora global de lo poéticamente predecible, la conveniencia o la moda. Ni, a pesar de las dudas sobre el sentido de escribir en tiempos de genocidio, al silencio.
* * *
Los poemas antologados, que hemos traducido de sus originales árabes, pertenecen a los libros consignados en los perfiles biográficos de cada autora. En algunos casos traducimos textos publicados solo en internet, o inéditos facilitados por las poetas.
Las poéticas han sido escritas por las autoras para esta ocasión; llevan la fecha en que nos fueron remitidas. En los casos de Hiba Abu Nada, fallecida, y Ghada Shafii, desaparecida, se da la reflexión sobre su obra de un poeta coetáneo.
Agradecemos a las autoras su amabilidad y su generosidad, su entusiasmo y su confianza, sin los que este libro no habría salido adelante. Como bien dice el poema de Dalia Taha, los palestinos siempre están dispuestos a dar un poco más de lo debido.
Luz Gómez
Madrid, 1 de julio de 2025

No hay comentarios:
Publicar un comentario